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formación del manejo médico en emergencias radiológicas y
nucleares de los profesionales sanitarios y una reserva estratégica consciente que permita actuar a tiempo. Estas son las necesidades que tendría España según
Alegría Montoro, radiobióloga del Servicio de
Protección Radiológica del Hospital La Fe y la única española que ha formado parte de la revisión técnica de un documento centrado en ofrecer asesoramiento estratégico y asistencia a los estados miembros a nivel mundial en caso de
una catástrofe de esta magnitud.
Esta guía actualizada y elaborada por la Organización Mundial de la Salud (
OMS) pretende, tal y como explica la experta, "no solamente la recomendación de usar
ciertos compuestos farmacéuticos para hacer frente a cualquier emergencia radiológica o nuclear, sino que lo más importante es tener una reserva estratégica de estos compuestos para conseguir el apoyo y soporte necesario de los diferentes estados en caso de que sucediera algún escenario alarmante”.
El documento publicado por la OMS describe los
protocolos y las prácticas para garantizar los elementos esenciales de una reserva nacional de
contramedidas médicas para emergencias radiológicas. Montoro participó en su confección “después de que desde la Red de Asistencia para Emergencias Médicas Relacionadas con la Radiación (
REMPAN) se solicitase la
revisión técnica voluntaria del texto, que se realizó entre diferentes especialistas”. Después de enviarse la guía en inglés, la experta se dio cuenta de que “era la única española que lo había revisado”.
La especialista afirma que la guía, en un inicio, “estaba traducida del inglés al
japonés y al
ucraniano, pero no al español, por lo que se propuso a la Sociedad Española de Protección Radiológica su traducción con un grupo de expertos”. Para Alegría es vital que “información tan importante como un
asesoramiento en caso de emergencia radiológica y nuclear esté en castellano para poder entenderla y actuar en consecuencia”.
"Información tan importante como un asesoramiento en caso de emergencia radiológica y nuclear debe ser traducida para entenderla y actuar"
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El contenido de la guía consta de un
total de seis puntos y la experta señala que uno de los más importantes es el cuarto, titulado ‘
Composición de la reserva’: “Se habla de compuestos, de dosificación, de efectos biológicos, etc. Además, se explica de forma resumida los efectos biológicos, que son
deterministas y estocásticos”.
La caducidad y la rapidez de gestionar las reservas
Otro aspecto determinante para la especialista, a la hora de que cada país confeccione sus propias dosis y formulaciones, es la
caducidad de todas estas: “Pese a poseer una
reserva nacional de compuestos amplia, no la puedes eternizar por el mero hecho de que no hay emergencias, debido a que acaban caducando”. En este punto, la especialista es partidaria de “
optimizar y analizar diferentes métodos de gestión a las reservas, como es el caso del inventario físico, el virtual y el préstamo a corto plazo”.
La especialista recuerda que actualmente, el
Hospital la Fe y el
Hospital Gregorio Marañón cuentan con “un
centro de atención a irradiados y contaminados (
CAIC) y unas reservas estratégicas mínimas que se usan en caso de que haya un accidente nuclear o radiológico en España”. El problema de estas situaciones es que dependiendo de la emergencia que suceda, “puede haber muchas
personas implicadas y si no se tiene el fármaco a disposición, se tiene que fabricar, el tiempo pasa y puede que sea demasiado tarde”.
La importancia de divulgar la información entre la sociedad
La posibilidad de que suceda un accidente radiológico y poder actuar de forma correcta es un escenario que, según Montoro, “es visto por la inmensa mayoría de la sociedad con
miedo, provocando que si se analizan estos casos se genere
alarma entre la población.
Esta información es necesario que se divulgue para que las personas responsables de las emergencias nucleares radiológicas sepan cómo actuar”.
"Si no se tiene el fármaco a disposición de las personas afectadas, el tiempo pasa y puede ser demasiado tarde"
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Para ello, la
traducción al castellano de estas guías es de vital importancia para la especialista, que cree que “también debería serlo para que la población se quede más tranquila, al saber que las personas que se dedican a este campo conozcan qué compuestos existen en el mercado a nivel internacional, cómo se puede confeccionar una reserva estratégica y saber que se cuenta con una red internacional de asistencia en caso que se necesitara ayuda exterior”.
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