Una nueva investigación destaca el
rol de la placenta en el
riesgo de esquizofrenia y otros trastornos del neurodesarrollo, como el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (
TDAH),
autismo y
síndrome de Tourette.
Esta nueva frontera científica, con implicaciones de largo alcance para la
salud maternoinfantil, crea la posibilidad de que los científicos puedan
predecir con mayor precisión quién está en
riesgo de padecer una enfermedad mental y
desarrollar estrategias para prevenir o disminuir su ocurrencia al elevar la
resiliencia y la
salud de la placenta.
El estudio
Convergencia de la biología de la placenta y el riesgo genético para la esquizofrenia, fue dirigido por investigadores del Instituto Lieber para el Desarrollo del Cerebro, en Baltimore, Estados Unidos, y publicado en
Nature Medicine.
"Por primera vez, hemos encontrado una explicación para la conexión entre las complicaciones de la vida temprana, el riesgo genético y su impacto en la enfermedad mental y todo converge en la placenta", afirma
Daniel R. Weinberger, quien dirigió el equipo de investigadores en el estudio y es director ejecutivo del Instituto Lieber para el Desarrollo del Cerebro (LIBD).
En contraste con estudios previos, que se centraron en cómo los genes relacionados con trastornos del comportamiento alteran directamente el desarrollo cerebral prenatal, esta investigación encontró que muchos
genes asociados con el riesgo de esquizofrenia parecen
alterar el desarrollo cerebral temprano indirectamente, al influir en la salud de la placenta. La investigación mostró que estos genes están "activados" en la placenta durante embarazos complicados y señalan una placenta bajo coacción.
La placenta continúa siendo un
órgano humano científicamente descuidado, a pesar de su papel esencial para el
suministro de nutrientes y productos químicos críticos para el desarrollo prenatal normal. De hecho, la placenta es el
único órgano extraído de un cuerpo humano que
no se envía rutinariamente al laboratorio para su examen.
Alto riesgo genético y complicaciones graves en la vida temprana
Durante más de un cuarto de siglo, el desarrollo del cerebro durante el embarazo y poco después del nacimiento se ha mantenido en el centro de la hipótesis de que la esquizofrenia es un trastorno del neurodesarrollo. Sin embargo, los mecanismos biológicos involucrados se conocen poco. Estudios previos han demostrado que las variantes genéticas por sí solas aumentan las probabilidades de desarrollar esquizofrenia en solo una fracción, mientras que las
complicaciones de la vida temprana durante la gestación y el trabajo de
parto pueden
elevar el riesgo hasta en dos veces.
Realizaron una encuesta a los participantes para obtener información sobre la historia obstétrica
|
Los investigadores del Instituto Lieber estudiaron a
más de 2.800 individuos adultos,
2.038 de los cuales tenían esquizofrenia, de diversos orígenes étnicos de cuatro países, incluidos Estados Unidos, Europa y Asia. Todos habían sido sometidos a pruebas genéticas y se les realizó una encuesta para obtener
información sobre la historia obstétrica. Los científicos encontraron una interacción prominente entre los genes asociados con el riesgo de esquizofrenia y una historia de una complicación del embarazo potencialmente grave.
Las personas que tienen
alto riesgo genético y
complicaciones graves en la vida temprana poseen una probabilidad
cinco veces mayor de desarrollar esquizofrenia en comparación con las personas con un riesgo genético similar, pero sin antecedentes de complicaciones obstétricas graves.
Esto condujo a una serie de análisis de la expresión génica en muestras de
tejido de placenta múltiple, incluidas muestras de placenta de embarazos complicados que incluyen preeclampsia y restricción de crecimiento intrauterino. Los resultados mostraron una
activación llamativa y constante de los genes de la esquizofrenia en estas placentas y que, cuanto más se activaban, más mostraba la placenta otros signos de estar bajo estrés, por ejemplo inflamándose.
Una pista sobre el mayor riesgo de esquizofrenia en hombres
Uno de los muchos misterios de los trastornos conductuales del desarrollo, como la esquizofrenia, el autismo, el TDAH, la dislexia y el síndrome de Tourette, es la razón por la que su
incidencia es de dos a cuatro veces mayor en hombres que en mujeres. Los hallazgos del equipo del Instituto Lieber pueden arrojar luz sobre este misterio al descubrir que los genes de la esquizofrenia activados en la placenta a partir de embarazos complicados eran mucho más abundantes en las placentas de las crías masculinas frente a las femeninas.
La placenta parece ser al menos parte de la
explicación del sesgo sexual asociado con estos trastornos. "Los sorprendentes resultados de este estudio hacen de la placenta la
pieza central de un
nuevo campo de investigación biológica relacionado con la forma en que los genes y el medio ambiente interactúan para
alterar la trayectoria del desarrollo del cerebro humano", afirma Weinberger.
La investigación adicional en esta frontera emergente de la
Medicina clínica avanzará la comprensión de la interacción biológica entre la salud placentaria y el neurodesarrollo. Existe el potencial de descubrir nuevos enfoques para tratamientos terapéuticos y estrategias de prevención, y en última instancia, reducir la incidencia de trastornos del comportamiento del neurodesarrollo.
Aunque pueda contener afirmaciones, datos o apuntes procedentes de instituciones o profesionales sanitarios, la información contenida en Redacción Médica está editada y elaborada por periodistas. Recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.