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Un nuevo estudio desvincula la contaminación ambiental con el TDAH en niños

Así lo señala el ISGlobal, que resalta sus efectos perjudiciales en el desarrollo neuropsicológico

Mònica Guxens.

25 jun 2018. 13.40H
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POR REDACCIÓN
Un estudio liderado por el Institut de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) ha determinado que exponerse a la polución atmosférica no parece incrementar los síntomas de Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) en niños, según ha informado el centro en un comunicado.

Investigaciones anteriores, en el que también había participado el ISGlobal, habían mostrado una relación entre la exposición a la contaminación atmosférica y dificultades en el control inhibidor —la habilidad de regular el autocontrol y el comportamiento impulsivo—, lo cual se asocia con problemas de salud mental como el comportamiento adictivo y el TDAH.

Ahora, el estudio que ha sido publicado en la revista 'Epidemiology' y que forma parte del proyecto europeo 'Escape', desvincula la exposición a la contaminación durante el embarazo con un mayor riesgo de síntomas del TDAH. La investigación ha contado con 30.000 niños y niñas de entre tres y 10 años de ocho cohortes de nacimiento de Alemania, Dinamarca, Francia, Italia, Países Bajos, Suecia y España (cuatro cohortes del Proyecto INMA-Infancia y Medio Ambiente en Guipúzcoa, Granada, Sabadell y Valencia).

Se estimó la exposición a óxidos de nitrógeno (NOx) y a partículas en suspensión (PM10 y PM2.5) en el lugar de residencia durante todo el período de embarazo. Los síntomas de déficit de atención e hiperactividad se evaluaron a partir de diferentes tests rellenados por las madres y los padres, y/o por el profesorado.

Continuarán estudiando este vínculo

Joan Forns, primer autor del estudio, concluye que “los resultados no mostraron una asociación entre la exposición a la contaminación del aire durante el embarazo y un incremento del riesgo de los síntomas de déficit de atención e hiperactividad”.

“A partir de las conclusiones de esta investigación y de las inconsistencias de otros estudios que se han realizado hasta la fecha, planteamos la hipótesis de que la exposición a la contaminación del aire podría no aumentar el riesgo de TDAH en niños y niñas de la población general”, explica Mònica Guxens, investigadora de ISGlobal y coordinadora del trabajo. “Sin embargo, creemos que la exposición a la contaminación atmosférica sí podría tener efectos perjudiciales en el desarrollo neuropsicológico, especialmente en niños y niñas que son genéticamente susceptibles”, argumenta Guxens.

Se ha demostrado que el TDAH es el resultado de interacciones complejas entre los antecedentes genéticos —aproximadamente el 75 por ciento—, los factores ambientales y los determinantes sociales. “Continuaremos estudiando qué papel juega la contaminación del aire para terminar de descartar su vínculo con el TDAH en la etapa infantil, y conocer mejor sus causas”, destaca Mònica Guxens.

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