El cáncer eleva el riesgo de trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) y de ansiedad tanto en el propio niño como en sus padres, según ha demostrado un estudio reciente publicado en Acta Medica Iranica.
La investigación parte de la base de que tanto los trastornos de ansiedad como el TDAH constituyen la primera causa de desorden psiquiátrico diagnosticable en la infancia.
Acto seguido, selecciona una muestra formada por cien niños y adolescentes de entre tres y 15 años de edad con diagnóstico de cáncer y la compara con otra formada por el mismo número de menores pero sanos (es decir, un grupo control).
Los niños se escogieron para el estudio de la planta pediátrica del Hospital Amir Kabir de Arak (Irán); por otra parte, se utilizaron escalas de validez internacional para medir tanto el grado de ansiedad como la posibilidad de padecer, en efecto, TDAH aplicadas a cada persona además de contrastar el resultado, después, con el psicólogo clínico que llevaba el caso de cada paciente.
Como resultado, un 23 por ciento de los niños con cáncer de esa muestra también se correspondía con el diagnóstico de TDAH en tanto que, del grupo control, la cifra de menores con enfermedad oncológica y TDAH simultáneo fue de solo el cinco por ciento.
Asimismo, se vio que un 57 por ciento de los niños con cáncer y un 45 por ciento de sus padres padecían además ansiedad, frente al 12 por ciento y el 11 por ciento, respectivamente, del grupo control.
Un programa de intervención psiquiátrica adicional
Los autores se valen de estos datos para reafirmar que tanto el TDAH como la ansiedad resultan más comunes en los niños que padecen cáncer que en los sanos, y, al mismo tiempo, los cuadros de ansiedad son también más frecuentes en menores con enfermedad maligna y en sus padres que en la población libre de esta patología.
“Recomendamos, por tanto, implementar programas de intervención y asesoramiento psiquiátricos tanto para los niños enfermos como para sus padres”, concluyen.
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