Al menos uno de los genes causantes de la depresión ha salido por fin a la luz. Científicos del Instituto de Citología y Genética (ICG) de Novosibirsk (Siberia), han conseguido identificarlo tras un arduo trabajo de laboratorio.
Desde hace décadas, genetistas de todo el mundo han tratado sin éxito de identificar uno o varios genes relacionados con una enfermedad que, según advierte la Organización Mundial de la Salud (OMS) será de las más prevalentes del mundo en las próximas décadas.
“Hasta ahora no se había encontrado ni un solo gen que fuera catalizador de la depresión. La información que lleva el gen que hemos identificado es muy valiosa”, ha declarado a agencias Tatiana Axenóvich, catedrática de Biología del Instituto de Citología y Genética (ICG) de Novosibirsk (Siberia).
Axenóvich y su equipo, especialistas en análisis genéticos matemáticos, idearon nuevos métodos estadísticos para localizar ese gen con la ayuda de ordenadores más que de probetas o microscopios.
“Hasta ahora, para identificar el gen había que examinar, como mínimo, a unas 50.000 personas, lo que era algo irreal. En cambio, a nosotros nos ha llegado con 2.000”, ha explicado.
Los científicos siberianos se han servido de los datos cedidos por el Centro Erasmus de Rotterdam, que se dedica a estudiar la depresión, afección cuya arquitectura genética es extremadamente compleja.
A menor efecto génico, más tamaño de muestra se requiere
Y es que cuanto más pequeño sea el efecto que tenga el gen –algo característico de la depresión–, mayor selección de pacientes se necesita para su identificación. “La clave ha sido no estudiar cada variante genética por separado, como es tradicional, sino el gen al completo, especialmente las variantes que alteran el ADN”, ha apuntado.
Además, los científicos se centraron en estudiar no tanto el diagnóstico, sino los síntomas, lo que permite determinar la predisposición de una persona a caer en una depresión.
Los científicos ya habían identificado varias decenas de genes que provocan esquizofrenia, enfermedad con una contribución genética similar a la depresión, pero en el caso de esta última la búsqueda ha sido mucho más ardua.
“Ha sido muy difícil de localizar el gen, pero es que además no es uno solo. Nadie sabe con exactitud cuántos hay, pero pueden ser varias decenas de genes los que causan la depresión”, ha admitido.
Aunque ya existen antidepresivos, Axenóvich cree que la identificación del gen ofrece a los laboratorios información muy útil a la hora de crear nuevos fármacos para combatir una enfermedad que se ha convertido en un reto para la salud pública.
Utilidad para encontrar nuevos antidepresivos
“Por ejemplo, con ayuda del gen se podrá investigar más profundamente el mecanismo que cataliza la aparición de los síntomas depresivos”, ha señalado. Axenóvich ha puntualizado, en este sentido, que la depresión es causada en un 40 por ciento por herencia genética de cada persona y en un 60 por ciento por motivos externos.
“El entorno, las circunstancias vitales y el estrés al que está sometido la persona son factores decisivos”, ha precisado la investigadora del instituto dependiente de la Academia de Ciencias de Rusia.
Además, recordó que cada paciente es diferente en lo que se refiere a la gravedad, intensidad, duración y frecuencia de la enfermedad, lo que dificulta aún más su diagnóstico.
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