La
Sociedad Española de Psiquiatría (SEP), a través de su grupo de trabajo de Bioética, ha elaborado un documento de posicionamiento al respecto de la
Proposición de Ley orgánica sobre la regulación de la eutanasia, donde recuerda que en el ideario de muchos pacientes con trastornos mentales se encuentra como fondo el suicidio, y por tanto, la ayuda a morir en pacientes psiquiátricos no puede resolverse si en el proceso no se estipulan salvaguardas suficientes y la garantía de una evaluación extremadamente rigurosa.
Ante el texto aprobado por el Congreso de los Diputados, y que se encuentra actualmente a la espera de su tramitación definitiva en el Senado, solicitan que
la valoración psiquiátrica sea obligatoria cuando el estado de ánimo, la cognición, la capacidad, el consentimiento, la voluntariedad, la comprensión o el juicio estén en cuestión, con independencia de la enfermedad primaria que motiva la solicitud.
Además, se pide la
presencia de al menos un médico especialista en Psiquiatría, con formación adecuada acreditada por una sociedad científica, dentro de los miembros de la Comisión de Seguimiento y Control; y una revisión del proceso de realización de voluntades anticipadas o documentos similares, especialmente en el caso de personas aquejadas de trastornos mentales, de forma que, si incluye una solicitud de eutanasia, quede acreditada la capacidad de consentimiento informado, se precisen las circunstancias clínicas en las que se va a ejecutar la solicitud y el tiempo de validez del documento.
"La aplicación de la eutanasia/suicidio asistido por médicos a personas con trastorno mental representa entre el 1 y el 3% del total"
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Por otro lado, que los
procesos terapéuticos y de valoración y asistencia en la toma de decisión de solicitud de muerte asistida sean independientes, al menos en los casos de personas afectadas por trastornos mentales. Según recuerda la sociedad, el trastorno mental, a diferencia de la patología física o somática, incide en numerosas ocasiones en la libertad de la persona, limitándola, cuando no anulándola, durante un determinado tiempo que puede ser más o menos prolongado.
"Y es en aquellos casos en los que la enfermedad afecta a la capacidad de consentir en los que se requiere especial sensibilidad y cuidado, siendo como es la eutanasia irreversible", explica
Manuel Martín, coordinador del grupo de trabajo de Bioética de la SEP.
El texto de la SEP reflexiona sobre la repercusión que puede tener esta iniciativa legislativa sobre las personas aquejadas de trastornos mentales, enfermedades que pueden producir una gran afectación en la calidad de vida y que muchas veces son resistentes al tratamiento.
"La aplicación de la eutanasia/suicidio asistido por médicos (ESAM) a personas con trastornos mentales representa entre el uno y el tres por ciento del total de los casos en los países en los que
ya hay leyes aprobadas; aunque puede parecer un porcentaje muy bajo, creemos que presenta unos problemas de índole ética que deberían ser debatidos y aclarados antes de la implantación de la Ley en España", advierte Martín.
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