Los niños, adolescentes y adultos que se medican para el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) con metilfenidato no responden mejor con dosis más altas del medicamento. O al menos no está claro que lo hagan.
Así se deduce de una revisión de los estudios publicados al respecto que acaba de publicarse en Cadth Rapid Response Reports, una revista científica canadiense especializada en el trastorno.
Según el trabajo, que se titula Dosis altas de estimulantes para el trastorno por déficit de atención e hiperactividad: una revisión de la seguridad y efectividad de las guías de práctica clínica publicadas en internet, no existe evidencia científica, por el momento, de que a dosis mayores de los psicoestimulantes utilizados para tratar el trastorno, se obtenga mejor o mayor respuesta favorable del paciente, aunque tampoco se ha observado que sea peor su tolerancia al medicamento.
Sustancias utilizadas y recomendaciones de pauta
La revisión tiene en cuenta el uso de estimulantes, tanto en niños como en adultos, de duración corta, intermedia o larga como, por ejemplo, el metilfenidato, la anfetamina, la dextro-anfetamina, y la lisdexanfetamina dimesilato (LDX).
Según se advierte en la introducción del trabajo, cada persona con el trastorno, como resulta lógico, precisa de una dosis personalizada del fármaco que delimita el psiquiatra. Pero también se recuerda que, como norma general, las guías de práctica clínica recomiendan comenzar con la cantidad más baja posible y, después, ir incrementándola de forma paulatina si es preciso.
Por eso, los investigadores de esta revisión se proponen saber qué sucede con la seguridad y efectividad de los medicamentos indicados para el trastorno cuando se prescriben en dosis más altas que las recomendadas.
Cinco estudios dejan claro que no merece la pena
El documento cita cinco estudios en los que se examinó el uso de pautas elevadas de estimulantes para adolescentes y adultos con TDAH, en concreto de metilfenidato de liberación controlada en sistema (OROS metilfenidato).
La conclusión es que resulta “incierta” una mayor seguridad y efectividad del medicamento en esas dosis altas con relación a las más moderadas.
Sí se aprecia que las cantidades altas, como era esperable, hacen más efecto, a la hora de mejorar los síntomas de inatención, que los grupos a los que se suministra un mero placebo.
Para indagar en el mismo asunto, pero enfocado a los adolescentes, se examinan, a su vez, dos investigaciones más al respecto con OROS metilfenidato. En una de ellas se comprobó que las dosis altas de este fármaco fueron bien toleradas por los pacientes con pocos efectos adversos.
También se cita otro estudio más en el que se exploró el efecto de otra sustancia, la lisdexanfetamina dimesilato (LDX), en adolescentes, y se observa que las cantidades elevadas prescritas (incluso de hasta 70 miligramos al día, según se especifica) fue más efectiva que el placebo a la hora de tratar los síntomas del TDAH y, además, se toleró bien. Pero no se deduce, en todo caso, que sea preferible emplear altas dosis a otras más moderadas.
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