El psiquiatra estadounidense
Aaron T. Beck, considerado como el pionero en el desarrollo de la terapia cognitivo conductual (TCC), ha fallecido este lunes a los 100 años de edad, según informó el
Beck Institute for Cognitive Therapy and Research que el doctor fundó junto a su hija,
Judith Beck.
El trabajo de Beck en torno a la TCC, que originalmente se desarrolló para tratar la
depresión, se considera de enorme influencia en el ámbito de la
Psiquiatría y de la
Psicología, y permitió al psiquiatra publicar cientos de artículos y 25 libros en su carrera.
¿Cómo explicar la depresión? Reconducir los pensamientos negativos
Fue en la década de 1960 cuando Aaron T. Beck desarrolló el sistema de psicoterapia llamada Terapia Cognitiva Conductual. Trató de poner a prueba algunas hipótesis acerca de los
conceptos psicoanalíticos implicados en la depresión, diseñando y llevando a cabo diferentes experimentos. A pesar de que esperaba validar gran parte de los preceptos fundamentales del psicoanálisis, se sorprendió al encontrar justo lo contrario. Estas investigaciones le llevaron a comenzar a buscar otras formas de conceptualizar y explicar la depresión.
En su trabajo observó que estos pacientes se caracterizaban por experimentar
pensamientos negativos que invadían sus mentes de una forma espontánea. Ahí comenzó su aportación, que ya ha quedado para la historia de la Humanidad.
¿Quién era el creador de la terapia cognitivo conductual TCC?
Beck nació en julio de 1921 en Providence, Rhode Island (
Estados Unidos), de padres inmigrantes ruso-judíos. Estudió en la Universidad Brown en su ciudad natal y posteriormente obtuvo un grado médico en Yale. Fue profesor además en la
Universidad de Pensilvania, donde desarrolló la teoría TCC.
Después de su formación inicial, Beck empezó a cuestionar los fundamentos del psicoanálisis de
Sigmund Freud que se volcaba en destapar conflictos enterrados en el pasado de las personas.
En lugar de centrarse en el subconsciente de las personas, Beck trabajó en
contrarrestar los pensamientos negativos de sus pacientes.
La técnica se hizo cada vez más popular y en la década de los 90 estaba ampliamente extendida.
Actualmente se usa de forma habitual para tratar la depresión y la
ansiedad, pero también se puede aplicar a otros aspectos de
salud mental como desórdenes por
estrés post-traumático.
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