El
Centro de Investigación Biomédica en Red, a través del área de
Salud Mental (
Cibersam) ha obtenido una ayuda de 1.192.431,90 euros de la convocatoria de Proyectos de Investigación Clínica Independiente (ICI) para desarrollar el proyecto '
SchizOMICS: Estudio multidisciplinar CIBER para optimizar el tratamiento de la
esquizofrenia utilizando datos multi-omics y biología de sistemas'.
El proyecto tendrá una duración de cuatro años y estará dirigido por
Javier Labad,
investigador del Cibersam -perteneciente al grupo que lidera
Diego Jose Palao, en la
Corporación Sanitaria Parc Taulí de Barcelona- y contará con el apoyo de
18 grupos de investigación, pertenecientes a 5 áreas del CIBER.
La investigación se fundamentará en un
ensayo clínico multicéntrico open-label aleatorizado de dos fármacos antipsicóticos (
aripiprazol vs
paliperidona) que son ampliamente usados en la practica clínica rutinaria, como tratamiento de primera línea de los
primeros episodios psicóticos.
Se realizará un estudio de diferentes
marcadores biológicos al inicio del tratamiento que permitirá identificar predictores de evolución a nivel de respuesta y consecuencias negativas en salud física.
Mediante inteligencia artificial, el estudio pretende identificar biomarcadores ‘ómicos’ que puedan predecir efectos pronósticos a corto y medio plazo
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Además se aplicarán
técnicas bioinformáticas de análisis de datos masivos (‘big data’) mediante
inteligencia artificial para identificar una serie de biomarcadores ‘ómicos’ que puedan predecir efectos pronósticos a corto y largo plazo.
"Esta aproximación facilitará la adopción de una
medicina personalizada, lo que permitirá conseguir mayores tasas de respuesta y menores efectos secundarios en el tratamiento de pacientes con un primer episodio psicótico en el futuro", aseguran los investigadores.
¿Qué es la esquizofrenía?
El Cibersam define la esquizofrenia como una
enfermedad mental crónica que se inicia en edades tempranas
-entre los 18 y 28 años- , que afecta a 1 por ciento de población a lo largo de la vida, y que cursa en numerosos casos con un deterioro social y funcional, especialmente en casos con mala respuesta y adherencia al tratamiento antipsicótico.
Antipsicóticos, asociados a riesgo de patología cardiovascular
De manera paradójica a esa necesidad clínica de tomar antipsicóticos, estos fármacos se asocian a un elevado riesgo de patología cardiovascular. Además, existe una disminución de la
esperanza de vida respecto a la población general -hasta 20 años de reducción-, que se atribuye mayoritariamente a un aumento de mortalidad secundario al riesgo cardiovascular asociado a
alteraciones metabólicas, como puede ser la obesidad, la hipertensión o la diabetes, entre otras.
Un factor fundamental en el mejorar pronóstico a largo plazo constituye el inicio del tratamiento antipsicótico efectivo lo antes posible. No obstante, pese a que existe una tendencia global a realizar una
intervención terapéutica lo más precoz posible con fármacos antipsicóticos en primeros episodios psicóticos, la respuesta a los mismos es muy heterogénea y existe una
resistencia terapéutica, con dificultades para responder adecuadamente al tratamiento antipsicótico, hasta en una tercera parte de los pacientes con un primer episodio psicótico, aseguran desde el Cibersam.
No existen marcadores biológicos para predecir la respuesta a antipsicóticos
Hasta la fecha, no existen marcadores biológicos que permitan predecir la respuesta de los pacientes a un determinado tratamiento antipsicótico, ni que permitan predecir tampoco las posibles consecuencias negativas a nivel de efectos secundarios o salud física (
síndrome metabólico,
alteraciones hepáticas, entre las que se incluye el hígado graso). Por tanto, los investigadores estudiarán el papel de diferentes biomarcadores conocidos como técnicas ‘ómicas’, entre los que se incluyen el estudio de
factores genómicos, de lípidos y de bacterias en heces (
microbiota) como predictores de evolución de primeros episodios psicóticos.
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