Entrenar la mente cambia el cerebro incluso en ancianos.
Un trabajo recién publicado en The American Journal of Psychiatry revela que los juegos de memoria y aprendizaje por medio de videoconsolas
como mínimo retardan el debut de la demencia senil en adultos entrados en años con los primeros síntomas de
deterioro cognitivo relacionado con la edad.
La cuestión no es baladí, pues el ensayo demuestra lo que los anunciantes de esta clase de productos de la industria del entretenimiento (caso de Nintendo, citada en el estudio) claman en sus eslóganes publicitarios: cuanto más se juegue,
menos riesgo de demencia del anciano se corre.
El trabajo utiliza el concepto teórico de entrenamiento cognitivo computerizado (abreviado CCT, por sus siglas en inglés) y rastrea su presencia en la bibliografía médica relacionada con la prevención de la demencia en ancianos que se ha dado a conocer en los últimos veinte años.
Como resultado, los autores deducen que, en efecto, el entrenamiento mental induce
mejorías globales en la cognición, la memoria, el aprendizaje y la atención, cualidades en íntima relación con la salud del cerebro. Es más: conforme revelan en su artículo, incluso se relaciona el uso de la videoconsola con esos programas con
un progreso de las habilidades psicosociales, el estado de ánimo y la calidad de vida de la persona.
Limitaciones del metanálisis
Pero, como sucede con los descubrimientos científicos, también hay limitaciones del estudio que no se pueden pasar por alto. Así, los datos frutos del metanálisis también indican que, en caso de demencia senil ya manifiesta o bien presencia de patología psiquiátrica (como, por ejemplo, síntomas depresivos), darse al conocido como
brain training no se acompaña de los resultados esperados.
Además, el trabajo también deja claro que los beneficios comprobados en ancianos que todavía no se han demenciado no dejan de ser
entre leves y moderados. Con todo, no es poca cosa el hecho de que no haya duda de su influencia
para retrasar o menguar el proceso.
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