Los
niños diagnosticados con TDAH tienen un
mayor riesgo de consumir estupefacientes durante la adolescencia y la juventud. Así lo ha revelado un nuevo
estudio publicado en
The Journal of Child Psychology and Psychiatry.
Brooke Molin, doctora en Psiquiatría por la Facultad de Medicina de la Universidad de Pittsburgh, y su equipo han aprovechado la muestra del Estudio de Tratamiento Multimodal de Niños con TDAH en Estados Unidos para estudiar su relación con las drogas.
“La clave con esta población particular es que entendamos que
sus riesgos empiezan a incrementarse en edades muy tempranas”, dijo Molina. “Así que, mejor que sentarnos a esperar a que se vean seriamente envueltos en drogas o alcohol, lo crucial es empezar a monitorearlos a una edad joven”, añadió.
La edad media de los
547 niños diagnosticados con TDAH era de 8 años y fueron
comparados con otros
258 compañeros sin el trastorno. Los estudiantes fueron evaluados ocho veces durante 16 años, aproximadamente desde los 9 años hasta los 25.
Durante este tiempo, los participantes rellenaron
cuestionarios sobre su uso de sustancias. La encuesta incluía preguntas sobre la frecuencia de uso y edad del primer consumo de
alcohol, marihuana, drogas, drogas, medicamentos con recetas y otras.
Los investigadores encontraron que los niños que habían sido diagnosticados con TDAH solían ser
usuarios más regulares de marihuana y de cigarrillos durante la juventud. Sin embargo, no había incremento de riesgo en otro tipo de sustancias, como el alcohol, la cocaína o estimulantes.
Los niños diagnosticados con TDAH también comenzaban el
consumo de sustancias a una edad más temprana y llegaban más rápido a su uso frecuente.
El doble de consumo de marihuana
El equipo notó que el
33 por ciento de los adultos con una infancia con TDAH eran consumidores semanales de marihuna, en comparación con el 21 por ciento de aquellos que no habían sido diagnosticados. Las investigaciones concluyeron que aquellas personas con TDAH
consumían el doble porcentaje de marihuana (un 22 por ciento frente al 11 por ciento de las personas sin el trastorno). Hay que recordar que la marihuana está legalizada y disponible en varios estados de los Estados Unidos. Para los investigadores, es especialmente importante considerar los efectos a largo plazo que puede tener su consumo en pacientes de TDAH.
En el caso de los
cigarrillos, el consumo de personas con TDAH era de un
35,9 por ciento frente a un 17,5 por ciento de personas sin trastorno.
El estudio señala, además, la necesidad de un
mejor entendimiento en las intervenciones dedicadas a prevenir un comportamiento de riesgo en niños y adolescentes con TDAH. Molina enfatiza que, tanto el involucramiento parental, como las intervenciones que han sido probadas en poblaciones normales, serían útiles.
“Hay unos cuantos métodos basados en la evidencia para abordar el riesgo de abuso de sustancias”, afirmó molina. Intervenciones como “trabajar con las familias" e "intervenciones para mejorar el rendimiento escolar y el funcionamiento social, que no han sido copiadas para estudiar su implicación en este tipo de población en particular”.
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