La
Federación Española de Asociaciones de Ayuda al Déficit de Atención e Hiperactividad (Feaadah) ha reivindicado la disposición, en los sistemas sanitarios europeos,
de psiquiatras especializados en el trastorno en adultos, a menudo desatendidos de forma específica al dejar de acceder a los servicios dirigidos a niños y adolescentes.
En un manifiesto –que forma parte de la campaña
IX Semana Europea del TDAH– la institución denuncia la “falta de transición” de una atención profesional dirigida
ex profeso a estas personas cuando cumplen 18 años.
“Los psiquiatras generalistas deben familiarizarse con los
síntomas del TDAH en adultos jóvenes y las necesidades específicas de los jóvenes adultos con TDAH, así como las nuevas comorbilidades que pueden desarrollar en esta edad”, señalan.
Según datos de la Federación, un 75 por ciento de los adolescentes con este problema continúa sufriéndolo en la edad joven y adulta, y, sin embargo, la mayoría de ellos en efecto son transferidos a los servicios psiquiátricos para adultos “donde ya no se proporcionan las intervenciones apropiadas para ayudarles”.
“Como resultado, muchos se encuentran en riesgo de abandonar sus estudios, desarrollar problemas de abuso de sustancias o involucrarse en comportamientos de riesgo o infractores”, lamenta el comunicado.
Las “desastrosas” consecuencias de un mal diagnóstico
“En la mayoría de los casos, la razón es que los profesionales de
salud mental que se encuentran en las clínicas o servicios para adultos no tienen una formación adecuada sobre el TDAH en la edad adulta y no entienden las necesidades de los jóvenes (de más de 18 años), que son distintas del diagnóstico y tratamiento en la infancia y la adolescencia”, ratifican.
“Como el TDAH a menudo se acompaña de uno o más trastornos psiquiátricos, los adultos jóvenes que no han sido diagnosticados o tratados durante la adolescencia tienen una mayor probabilidad de que se les trate por una condición psiquiátrica más que por el propio TDAH; esto significa que muchos de ellos sufren diagnósticos erróneos, a menudo con consecuencias desastrosas”, subrayan.
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