Una frecuencia cardiaca elevada en reposo y una
presión arterial alta durante la juventud predicen un aumento de susceptibilidad a trastornos de ansiedad e incluso esquizofrenia más tarde en la vida, según ha revelado un amplio estudio realizado por la
Universidad de Helsinki, en Finlandia, y el
Instituto Karolinska de Estocolmo, en Suecia.
Los autores han evaluado las conexiones entre la frecuencia cardiaca en reposo, la presión arterial y los trastornos psiquiátricos usando datos del registro de más de 1.000.000 de hombres suecos, como se detalla en un artículo sobre este trabajo publicado en la revista
Archives of General Psychiatry.
Se ha visto que muchos
trastornos de salud mental se asocian con anormalidades en la función del corazón y de la presión arterial. La frecuencia cardiaca y la presión arterial se regulan por el sistema nervioso autónomo, que controla las funciones básicas del cuerpo. Pero no ha habido ninguna investigación exhaustiva hasta la fecha que dilucide si estas alteraciones cardiovasculares se asocian, en efecto, con el desarrollo de patología psiquiátrica.
En la investigación, se han utilizado mediciones sobre la frecuencia cardiaca y la presión arterial de reclutados para el ejército sueco, vinculadas con la información de los registros nacionales de pacientes.
Pues bien: los resultados indican que los hombres cuya frecuencia cardiaca en reposo fue superior a 82 latidos por minuto durante su juventud, eran un 69 por ciento más propensos a ser diagnosticados, más tarde, de trastorno obsesivo-compulsivo en comparación con los hombres cuya frecuencia cardiaca en reposo fue inferior a 62. El riesgo de otros trastornos de ansiedad fue un 18 por ciento mayor, y el de esquizofrenia, un 21 por ciento.
Nuevos datos sobre el sistema nervioso autónomo
El estudio tuvo en cuenta varios factores como el índice de masa corporal (IMC), el estatus socioeconómico, el origen étnico, la capacidad cognitiva así como la aptitud física medida a través de una prueba de esfuerzo. Sin embargo, tales elementos no explican totalmente la correlación entre los trastornos psiquiátricos y el ritmo cardiaco o la presión arterial. El periodo medio de seguimiento del trabajo, por otra parte, fue de 32 años.
La investigación también revela que una frecuencia cardiaca baja en reposo se relaciona con un mayor riesgo de abuso de sustancias y condenas por crímenes violentos. “Estos resultados son interesantes, ya que proporcionan nueva información sobre la función del sistema nervioso autónomo en los trastornos psiquiátricos”, ha concluido el director del proyecto e investigador posdoctoral de la Universidad de Helsinki,
Antti Latvala.
Latvala señala que todavía se necesitan muchos estudios para determinar los mecanismos subyacentes. “Nuestras observaciones indican que las diferencias en las respuestas fisiológicas, como las reacciones de estrés, están relacionadas con el riesgo de trastornos mentales. También se sabe que las enfermedades psiquiátricas están asociadas con un mayor riesgo de patología cardiovascular. Nuestros resultados abren nuevas oportunidades para el estudio de este tema”, concluye Latvala.
Aunque pueda contener afirmaciones, datos o apuntes procedentes de instituciones o profesionales sanitarios, la información contenida en Redacción Médica está editada y elaborada por periodistas. Recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.