Un
tercio de las mujeres que tienen un bebé pasan por un proceso
depresivo o de ansiedad. Algo que desde Psiquiatría se ha tratado tradicionalmente con
antidepresivos inhibidores selectivos de la recapacitación de serotonina. Sin embargo, un reciente estudio ha mostrado que
son ineficientes, ya que las mujeres durante el
embarazo y el posparto generan
farmacoresistencia.
El estudio, revisado por pares y publicado en la revista americana
Psychiatric Research and Clinical Practice, es el primero que mide las diferentes
evoluciones de los trastornos de ansiedad y depresión durante el embarazo y el postparto. Un periodo de tiempo donde los investigadores clasificaron
tres trayectorias estables (en función de su gravedad) para la depresión. De manera que pese a mantener la medicación en ningún caso se remitió el cuadro psiquiatríco.
Un caso similar se registró con los cuadros de
ansiedad, donde
dos de las cuatro trayectorias detectadas registraron una evolución estable. Mientras que en los casos más avanzados se registraron síntomas crecientes y en los más leves decrecientes.
Una necesidad de intervenciones adicionales en depresión y ansiedad
"Este es el primer dato longitudinal que muestra que muchas
mujeres embarazadas informa
n síntomas de depresión y ansiedad durante el embarazo y el posparto,
a pesar de su elección de continuar el tratamiento con antidepresivos", asegura la autora principal Katherine Wisner en un comunicado de la Universidad Northwestern.
Los investigadores analizaron
88 mujeres embarazadas, completando evaluaciones mensuales desde ingreso al estudio hasta el parto, y desde las seis a las catorce semanas posteriores al parto. “Nuestros hallazgos respaldan la
implementación de medidas de ansiedad y depresión para obtener una evaluación clínica más completa de los síntomas residuales durante el tratamiento de mantenimiento con los antidepresivos inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) del trastorno depresivo mayor (TDM) perinatal. Se necesita investigación de i
ntervención adicional para mejorar la efectividad de la medicación de mantenimiento, especialmente para las mujeres en las trayectorias de depresión y ansiedad”.
La investigación también mostró que las mujeres embarazadas que tomaban antidepresivos mostraban una salud subóptima, que incluía un índice de masa corporal elevado, infertilidad,
migrañas, trastornos de la tiroides y asma.
Cambios en el tratamiento
Un descubrimiento que ha provocado un avance en el tratamiento. “Nos permite saber que estas mujeres
necesitan ser monitoreadas continuamente durante el embarazo y el posparto, para que sus médicos puedan adaptar su tratamiento para aliviar sus síntomas”, detalla la también profesora de Psiquiatría y Ginecología de la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern.
Según apunta la coautora del estudio, Catherine Stika, el estudio muestra que los factores psicológicos y psicosociales cambian rápidamente durante la maternidad. “Las evaluaciones continuas permitirán al médico adaptar el tipo y/o la intensidad de la intervención hasta que sus síntomas mejoren”, detalla Stika. Una depresión que, según Wisner, también podría afectar al bebe: “Los niños expuestos a una madre deprimida tienen un mayor riesgo de trastornos del desarrollo infantil”, dijo Wisner.
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