Después de estudiar metaanálisis sobre datos del
autismo, un equipo de investigación internacional ha descubierto que la diferencia entre las personas diagnosticadas con autismo y el resto de la población en realidad está disminuyendo, según publican este miércoles en
'JAMA Psychiatry', la revista más prestigiosa en el campo de la
psiquiatría. Dada la importancia de sus hallazgos, el estudio también es el tema de la editorial de la revista.
En todo el mundo, el número de personas diagnosticadas con autismo está aumentando. Sin embargo, el doctor
Laurent Mottron, profesor del Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Montreal y psiquiatra en el Hospital de Salud Mental de Rivière-des-Prairies, del Centro Integrado Universitario de Salud y Servicios Sociales (CIUSSS) du Nord-de-l'Île-de-Montréal, en Canadá,
tiene serias reservas sobre estos datos.
El doctor Mottron trabajó con la pasante Eya-Mist Rodgaard, de la Universidad de Copenhague, y otros cuatro investigadores de Francia, Dinamarca y Montreal para revisar 11 metanálisis publicados entre 1966 y 2019, con
datos extraídos de casi 23.000 personas con autismo.
Los metaanálisis mostraron que las personas con autismo y el resto de la población exhiben diferencias significativas en siete áreas: reconocimiento de emociones, teoría de la mente (capacidad de comprender que otras personas tienen sus propias intenciones), flexibilidad cognitiva (capacidad de transición de una tarea a otra), planificación de actividades, inhibición, respuestas evocadas (la respuesta del sistema nervioso a la estimulación sensorial) y el volumen cerebral.
En conjunto, estas medidas cubren los componentes psicológicos y neurológicos básicos del autismo.
El doctor Mottron y su equipo analizaron el
"tamaño del efecto", (el tamaño de las diferencias observadas entre las personas con autismo y las personas sin él) y compararon su progresión a lo largo de los años. Esta medición es una herramienta estadística que cuantifica el tamaño de la diferencia en una característica específica entre dos grupos de sujetos.
"La definición de autismo puede volverse demasiado borrosa para ser significativa, trivializando la afección"
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Descubrieron que, en cada una de las áreas evaluadas, la diferencia medible entre las personas con autismo y las personas sin este ha disminuido en los últimos 50 años. De hecho, se observó una dilución estadísticamente significativa en el tamaño del efecto (que oscila entre 45 y 80 por ciento) en cinco de estas siete áreas.
Las únicas dos medidas que no mostraron una dilución significativa fueron la inhibición y la flexibilidad cognitiva.
"Esto significa que, en todas las disciplinas, las personas con o sin autismo que están siendo incluidas en los estudios son cada vez más similares -dice Mottron-. Si esta tendencia se mantiene, la diferencia objetiva entre las personas con autismo y la población general desaparecerá en menos de 10 años.
La definición de autismo puede volverse demasiado borrosa para ser significativa, trivializando la afección, porque estamos aplicando cada vez más el diagnóstico a personas cuyas diferencias con la población general son menos pronunciadas".
Para verificar que la tendencia era exclusiva del autismo, el equipo de investigación también analizó datos sobre áreas similares de estudios sobre esquizofrenia. Descubrieron que la prevalencia de la esquizofrenia se ha mantenido igual y la diferencia entre las personas con esquizofrenia y las personas sin esta está aumentando.
Criterios
Los criterios de diagnóstico para el autismo no han cambiado a lo largo de los años en que las diferencias han disminuido. En cambio, el doctor Mottron cree que lo que ha cambiado son las prácticas de diagnóstico.
"Tres de los criterios para un diagnóstico de autismo están relacionados con la sociabilidad -dice-. Hace cincuenta años, un signo de autismo era la falta de interés aparente en los demás. Hoy en día, simplemente se trata de tener menos amigos que otros. El interés en los demás se puede medir de varias maneras,
como hacer contacto visual. Pero la timidez, no el autismo, puede evitar que algunas personas miren a otras".
Para complicar las cosas, el término autismo ha caído en desgracia, reemplazado por 'trastorno del espectro autista', una señal de que hay una nueva creencia de que existen varias formas diferentes de la afección.
"Y, sin embargo, el autismo es una condición distinta -continúa el doctor Mottron-. Nuestro estudio muestra que los cambios en las prácticas de diagnóstico, que han llevado a un falso aumento en la prevalencia,
son lo que alimenta las teorías de que el autismo realmente no existe".
A pesar de que el doctor Mottron reconoce que existe un continuo entre las personas con autismo y las que no lo tienen, cree que ese continuo podría resultar de la yuxtaposición de categorías naturales. "El autismo es una categoría natural en un extremo del proceso de socialización y
debemos centrarnos en este extremo si queremos avanzar", dice.
En su opinión, los estudios de autismo incluyen demasiados participantes que no son lo suficientemente diferentes de las personas sin autismo.
En contraste con la creencia científica que prevalece en general, el doctor Mottron piensa que incluir más sujetos en estudios sobre autismo, tal como se define actualmente, reduce la probabilidad de descubrir cosas nuevas sobre los mecanismos del trastorno.
No se han realizado descubrimientos importantes en este campo en los últimos 10 años.
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