La Rioja ha creado un
protocolo de coordinación ante el trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH) que, sobre todo, incidirá en el trabajo de los
profesionales de salud y educación.
Los consejeros de Salud,
María Martín, y Educación,
Alberto Galiana, han presentado este protocolo junto al coordinador del Plan de Salud Mental de La Rioja,
Carlos Piserra, la coordinadora de este documento,
Carmen Merina, y la presidenta de la Asociación Riojana de Padres de Niños Hiperactivos,
Josefina Rodríguez.
El protocolo pretende, por un lado,
crear una red de comunicación fluida y coordinada entre los diferentes
profesionales implicados en el
abordaje de los niños y adolescentes con TDAH, ha explicado la consejera de Salud. Y, por otro, busca
mejorar su detección, evolución y pronóstico,
minimizando el impacto negativo que provoca en su vida y en la de sus familias. Para eso, y como novedad, se han incorporado "los
tratamientos de grupo con familias en la unidad de Salud Mental Infanto Juvenil, y se va aponer en marcha un grupo de apoyo psicoeducativo, en la fase previa al diagnóstico".
El protocolo incide en cómo son los
pediatras de Atención Primaria y lo
s tutores de los centros educativos los profesionales implicados principalmente en la
detección de los niños y adolescentes, ha destacado la consejera, quien ha recalcado el "avance" que supone este protocolo para los menores con TDAH y sus familias.
Abordaje desde una perspectiva multidisciplinar
Por su parte, el consejero de Educación ha asegurado que el protocolo se ha diseñado como una
herramienta de trabajo práctica y dinámica dirigida a todos los profesionales que participan en el abordaje de este trastorno" con el que "homogeneizar el procedimiento de actuación, asegurando la calidad de las intervenciones y logrando un
mayor grado de satisfacción tanto de las familias como de los propios profesionales.
Así, ha proseguido Galiana, se plantea el
abordaje del TDAH desde una perspectiva multidisciplinar en la que resulta fundamental la
continuidad de cuidados entre los niveles sanitario y educativo".
Por último, el consejero ha destacado que es importante
conocer las dificultades del niño, con independencia de que exista o no un diagnóstico clínico, para que los servicios educativos y sanitarios activen cuantos recursos pedagógicos consideren oportunos para paliar dichas dificultades.
Este protocolo permitirá
detectar los casos existentes en todos los niveles asistenciales de actuación, consensuar herramientas de diagnóstico en los distintos niveles, unificar criterios de intervención para el TDAH, revisar los criterios de derivación y flujo entre los profesionales. También establece p
autas de comunicación entre los diferentes
profesionales, potencia la
atención multidisciplinar y el
seguimiento individualizado de los menores con TDAH.
La familia es el centro de la información
La coordinadora del documento ha subrayado que "no todos los niños movidos, despistados o con mala conducta tienen TDAH" porque "una cosa es un menor con dificultades y otra es sufrir este trastorno". Por ello "es importante
unificar criterios de actuación y evaluación, en el
diagnóstico y en los
tratamientos, y en cómo
abordar las
dificultades reales" con instrumentos como los grupos de apoyo creados en base a este protocolo.
Merina también ha incidido en que "la
familia es siempre el
centro de la información" que reciben los profesionales y por ello "esos grupos pueden ayudar mucho en el día a día" porque "también se les va a
facilitar herramientas con las que ayudar a sus hijos". En cualquier caso, ha concluido, este protocolo "está vivo" y podrá incorporar en el futuro cambios en esas herramientas, en función de sus resultados.
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