Las pruebas de realidad virtual para observar el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) en su propio contexto han demostrado que, a diferencia de los test de evaluación tradicionales, consiguen incorporar más variables en un entorno realista que, hasta la fecha, era muy difícil de reproducir con fines terapéuticos.
En concreto, el grupo de investigación Aprendizaje, Dificultades, Inteligencia y Rendimiento (ADIR), de la Facultad de Psicología de la Universidad de Oviedo, ha demostrado la eficacia de la prueba Aula Nesplora de diagnóstico del TDAH a partir de la realidad virtual, en un estudio realizado con niños y jóvenes de entre seis y 16 años con la dirección del profesor Celestino Rodríguez, y cuyas conclusiones ha publicado Journal of Attention Disorders.
Las pruebas, por lo general utilizadas para el diagnóstico, consisten en una serie de tareas con los niños en un despacho a partir de condiciones contextuales controladas.
En cambio, la realidad virtual permite llevar a cabo pruebas con mayor validez ecológica –es decir, en un entorno contextualizado–, evaluando las variables relacionadas con la atención, impulsividad e hiperactividad a través de un entorno virtual que reproduce, de forma realista, las condiciones presentes en un aula escolar.
Uso de gafas con sensores auditivos y motores
Para ello, es necesario el uso de unas gafas de realidad virtual dotadas de sensores de movimiento y auriculares. De este modo, el evaluado se sitúa en la perspectiva de un estudiante, sentado en uno de los pupitres, mirando hacia la pizarra.
Los movimientos de la cabeza se detectan por sensores situados en las gafas, de tal forma que el software actualiza el ángulo de visión, dando así al sujeto la sensación de encontrarse en un aula real con todos los elementos que a menudo le distraen.
Las variables aportadas por esta prueba no difieren de las de los métodos tradicionales en cuanto a las medidas de déficit de atención e hiperactividad e impulsividad, si bien completan esta información, diferenciando estas medidas por modalidad sensorial (visual versus auditiva), presencia o ausencia de distractores y tipo de tarea.
Estas medidas son: omisiones (se producen cuando el sujeto debe responder al estímulo diana y no lo hace); comisiones (se cometen cuando el sujeto emite una respuesta, aunque el estímulo diana no haya sido presentado); promedio del tiempo de respuesta (relacionado con la velocidad de procesamiento), y actividad motora (los movimientos de la cabeza son recogidos a través del sensor de las gafas 3D para registrar su frecuencia y relevancia).
Estudio con 117 niños
En este estudio participaron 117 niños y adolescentes de entre seis y 16 años, 89 de ellos con TDAH (28 con presentación de forma predominante inatenta, 27 con presentación de forma predominante impulsiva e hiperactiva y 32 con presentación combinada) y 28 sin TDAH.
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