No todo el tratamiento de niños diagnosticados con TDAH debe basarse exclusivamente en fármacos. También existen "los abordajes no farmacológicos". La presidenta de la Sociedad de Psiquiatría Infantil de la Asociación Española de Pediatría, Azucena Díaz, cuenta a Redacción Médica las terapias que ayudan a los niños con este trastorno que sufren más allá de "síntomas nucleares. El tratamiento farmacológico es lo que más ayuda, pero estas medidas terapeúticas vienen bien para pararlo antes, plantear vacaciones de medicamentos o usar dosis menores. Lo normal es que cuando se diagnostica TDAH involucre algo más. En los casos más graves desemboca en depresión de los padres. No se puede pensar que el niño diagnosticado solo va a funcionar con medicación".
Los profesionales de la saud mental han elaborado las psicoterapias con "una evidencia científica de que se puede mejorar mucho la calidad de vida de un niño con TDAH. Por ejemplo, aquellos que tienen problemas de comportamiento, este tratamiento les enseña a modular su actitud y ayudar a las familias a manejar las dificultades de conducta”, explica la experta. Incluso es la terapia que mejor funciona “en los niños menores de 6 años. De entrada no se les trata con medicación".
La experta también aboga por el apoyo académico: "No todos los niños con TDAH tienen fracaso escolar, pero la mayoría pasan por dificultados en el colegio o con rendimientos por debajo de lo que se espera por su capacidad intelectual. Una persona que les ayude a organizarse, a planificar el tiempo, marcarse un objetivo… No es un apoyo de contenido, sino de organización”. En este punto, remarca la importancia de auxilio externo: “Es importante que los profesores se adapten, en ocasiones dejándoles un poco más de tiempo para los exámenes o que lo vayan realizando por partes".
Otra de las técnicas que defiende los especialistas son las de "relajación adaptadas a niños, que las empleamos cuando hay un problema de ansiedad asociado o incluso para reducir la hiperactividad. Con el mindfullness, a caballo entre relajación y meditación, se están haciendo bastantes estudios y que parece prometedora para aplicarlo a un grupo concreto de personas".
Deporte y arteterapia
Por último, Azucena Díaz considera fundamental las actividades extraescolares. Por un lado, el deporte, "para canalizar la impulsividad y la hiperactividad. Muchos padres cometen el error de pensar que como no les va bien en los estudios, es mejor borrarles del fútbol o baloncesto, por ejemplo. Es un error. Hay que organizarle el trabajo para que pueda terminarlo antes de ir a entrenar. Además, tiene un sentido educativo, es una forma de aprender a relacionarse, a perder, etc".
Unas ventajas que se aplican también al arte: "El niño tiene que estar involucrado en una actividad que le guste le sirve para fomentar un área en el que tiene éxito. Por ejemplo, si dibuja bien, es un vehículo para subir la autoestima, aprovechar esos espacios en los que están disfrutando para elogiarles mucho".
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