El
consumo adictivo de tabaco también tiene una vertiente psiquiátrica enmarcada dentro de las de las actitudes tóxicas derivadas de trastornos mentales. Un acto que, según ha reclamado recientemente la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental (Sepsm) en un documento de posicionamiento, está impulsado por cuestiones "neurobiológicas" y por ende, los profesionales de la salud mental deben considerarlo como
"un trastorno mental más".
Según aclara Pilar Alejandra Sáiz, representante de la Sepsm en el Comité Nacional para la Prevención del Tabaco (CNPT), la adicción al tabaco
ya está reconocida como trastorno mental en las guías internacionales y por la propia Organización Mundial de la Salud (OMS). Y en ese sentido, matiza que el documento busca que los profesionales de la salud mental "pongan en valor" esta adicción y
"no la pasen por alto".
“Nos debemos concienciar más porque así está definido, es un trastorno mental.
Inconscientemente, lo hemos normalizado y lo vemos como algo habitual. Además, los pacientes con trastorno mental grave suelen ser grandes consumidores de tabaco”, explica la especialista.
Normalización del tabaquismo en salud mental
Para Sáiz también se debería
mejorar la “conceptualización” de que la dependencia a la nicotina es un trastorno mental más.
“No lo podemos banalizar tanto como lo hacemos habitualmente. No se puede dejar en manos del paciente para ver si algún día quiere dejarlo, debemos ser proactivos en cada consulta, preocupándonos por cómo lleva los temas de consumo y hacer propuestas de posibilidades terapéuticas”, detalla la representante de la Sepsm en el CNPT.
Un análisis que comparte Javier Ayesta, experto en tabaquismo y profesor titular de Farmacología y Trastornos Adictivos en Universidad de Cantabria:
“Un 50 por ciento de los pacientes que piden ayuda para dejar de fumar tiene
sintomatología psiquiátrica. Aunque hay que destacar que se puede tener un trastorno adictivo sin tener trastornos psiquiátricos”.
En el caso de los pacientes con "grandes trastornos", el experto considera que "en muchas ocasiones la adicción
no se ve como un problema e incluso se ve como una solución". "Es una
herramienta de negociación que usa como recompensa para cuando se portan bien. Esto es no ser consciente de los avances de los últimos 25 años. El consumo de tabaco es parte del problema y no de la solución”, reivindica Ayesta.
¿Se suele identificar la adicción en pacientes mentales?
Cuando el paciente llega al centro de salud mental, según asegura Sáiz, la atención médica se suele centrar en el trastorno principal. “Lo habitual es que se trate
solo el trastorno por el que se demanda el tratamiento, pero lo ideal sería que también se ofreciera la posibilidad de tratar el trastorno de adicción del tabaco”.
Una adicción que también se debería recoger en la historia clínica. “Si se hace la historia clínica adecuadamente, se debería preguntar por los hábitos tóxicos, desde el tabaco hasta las bebidas energéticas. Sin embargo, lo más frecuente es que solo se centre en la patología principal”, lamenta Sainz.
¿Qué especialista debería gestionar la adicción al tabaco?
Para Ayesta, desde el punto de vista técnico la adicción al tabaco lo deberían llevar los
psiquiatras especializados en adicciones. Sin embargo, considera que “dentro de estos especialistas en salud mental hay
poca percepción de este trastorno y en España hay muy pocos que se dedican a ello”.
Una falta de interés que para el profesor siempre ha sido así porque los psiquiatras consideraban que los adictos eran “indeseables”. “Estamos hablando de un factor de riesgo que afecta al 20 por ciento de la población adulta. Por lo tanto, con esta alta prevalencia
lo normal es que lo lleve Atención Primaria en un sentido muy amplio que atañe más allá del médico de Familia”, reivindica Ayesta.
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