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La mente también se ve afectada después de una catástrofe natural

Un estudio evidencia que el principal factor para la aparición de estrés postraumático son las pérdidas económicas

El autor del estudio, Andrés Fontalba.

03 ago 2017. 10.00H
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POR VÍCTOR GODED
Un equipo internacional de científicos ha relacionado por primera vez la aparición de trastornos mentales en la población tras una grave catástrofe natural. "Nuestro estudio demuestra que los estresores crónicos que se perpetúan en el tiempo, como por ejemplo que se inunde totalmente el garaje de una casa, es un factor de predicción para el estrés postraumático", asegura el autor del estudio, Andrés Fontalba, a Redacción Médica.

Los hallazgos evidenciaron que el factor que tuvo una mayor influencia sobre la aparición de la alteración por estrés postraumático en la población de estudio fue el relativo a las pérdidas económicas relacionadas con la hecatombe: "Sabemos que las devastaciones naturales influyen de forma negativa en la salud de una persona, pero… ¿cuáles son los factores de riesgo que determinan una respuesta anómala al estrés?  Frente a lo que previamente puede pensar uno, las pérdidas económicas son una predicción aún más fuerte que el riesgo físico".

De este modo, "estos trastornos pueden persistir mucho después de que haya pasado la catástrofe, lo que subraya la importancia de la planificación y de dar respuestas eficaces y oportunas en salud".

Para llevar a cabo este trabajo, los investigadores realizaron un estudio de las precipitaciones extremas en el levante almeriense con ayuda de un Sistema de Información Geográfica para el período de 1935 a 2012. Tal y como reconoce el especialista, la principal aplicabilidad de este modelo es que, "mediante los sistemas de información geográfica, podemos limitar muy bien qué zonas son las que están afectadas y su repercusión sobre la salud. Podría ser reproducible en otro tipo de desastres naturales, como por ejemplo incendios"

Los resultados del trabajo sorprendieron hasta los principios científicos: "Se le suele atribuir mayor respuesta anómala al estrés a las mujeres y a la población más anciana. Sin embargo, hemos descubierto que no son los colectivos más vulnerables. La gente con menos recursos económicos, los que han experimentado más pérdidas y los habitantes de las zonas afectadas directamente son los que realmente están en riesgo de sufrir estos síntomas en un futuro".

Las inundaciones, las más crueles

¿Cuáles son las desastres que más nos afectan? "Las inundaciones", asegura tajante Andres Fontalba, actualmente en el área de Atención Sanitaria del Hospital malagueño de Antequera. "Son las que más dañan las infraestructuras y más deterioros producen a largo plazo, ya sea de saneamiento, carreteras, la limpieza después de barro generado... Al tener un periodo de recuperación más largo provocan que los estresores se mantengan durante más tiempo".

El lado bueno es que, precisamente, "son de las pocas catástrofes naturales de las que se pueden predecir y tomar medidas, como por ejemplo la reforestación, silvicultura, limpieza de cauces... Es decir, adoptando medidas de ingeniería se evitan problemas de salud en el futuro. Y, más concretamente, con medidas de la ingeniería agrícola se consigue potenciar la prevención de enfermedades mentales en un futuro".

"Gran utilidad para la salud pública"

Para el autor, esta investigación puede utilizarse en beneficio de la sanidad: "Ponemos encima de la mesa el problema, la solución y los sitios dónde hay más riesgo que suceda efectos devastadores para la salud tras una catástrofe. Tiene una gran utilidad para la salud pública y es una herramienta que se puede extrapolar a otro tipo de cataciclismo natural. Se podría aplicar a cualquier parte del mundo".

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