La depresión postparto en hombres existe y este es el mejor tratamiento

Una de cada diez madres tendrá una depresión posparto (DPP) durante el primer año de vida de su recién nacido. Esta complicación es tan frecuente como perjudicial debido a los síntomas que provoca y las consecuencias colaterales que genera en procesos como la lactancia o la crianza. Aunque con menor prevalencia, los padres también pueden llegar a sufrir este trastorno. De hecho, la depresión posparto masculina es prevalente en todas las poblaciones. Sin embargo, los datos sobre las estrategias para abordarla son, a día de hoy, escasos, especialmente en entornos de bajos ingresos.  

Partiendo de esta realidad y dispuestos a solucionar esta brecha, investigadores de Canadá, Pakistán y Reino Unido unían fuerzas para averiguar la eficacia de terapias como Learning Through Play Plus Dads (LTP + Dads) a la hora de combatir la depresión en hombres que acababan de tener un hijo.en un país de renta media-baja. Esta intervención psicosocial no especializada e impartida por profesionales sanitarios combina el entrenamiento en habilidades parentales, la terapia de juego y la terapia cognitivo-conductual. 

El ensayo clínico, realizado entre junio de 2018 y noviembre de 2019, incluyó a 357 padres reclutados en dos grandes ciudades de Karachi (Pakistán) a través de unidades básicas de salud. Los participantes, todos mayores de edad y con una media de 31 años, tenían al menos un hijo de menos de 30 meses y presentaban un diagnóstico depresivo mayor.

De ellos, 171 fueron elegidos al azar para recibir dicha intervención en la crianza, impartida en 12 sesiones de grupo durante 4 meses, mientras que 186 se sometieron al tratamiento habitual para combatir la depresión postparto. Aquellos que participaron en la intervención grupal mostraron mejoras significativas en los síntomas de depresión, ansiedad, estrés parental, incapacidad o calidad de vida, una vez concluyeron las 12 semanas de terapia.

De hecho, a los 6 meses, los participantes seguían manifestando diferencias en los niveles de estrés y el estado depresivo respecto a aquellos que recibieron un tratamiento convencional. Los hijos de este grupo también manifestaron mejoras significativamente mayores en las puntuaciones de desarrollo socioemocional pasado medio año.  

Los datos, analizados entre abril y junio de 2022, demuestran, por tanto, que la intervención psicosocial en la crianza de los hijos tiene potencial para mejorar la salud mental paterna - especialmente en lo referente a la depresión postparto- y el desarrollo infantil de una población concreta. 

Resultados que, a ojos de los autores, justifican la realización de nuevos estudios en otras poblaciones y con un seguimiento más prolongado para aumentar la evidencia disponible y atender de forma óptima la depresión postparto en hombres. 

Esta patología puede llegar a afectar al 25 por ciento de los hombres que acaban de ampliar la familia y al 50 por ciento en caso de que su pareja haya padecido este trastorno, según recoge el artículo 'Depresión Posparto Paterna: Visibilidad e Influencia en la Salud Infantil', desarrollado en 2020 por la Universidad de Granada y la Universidad Nacional de Educación a Distancia.  

De hecho, la depresión postparto materna se postula como el factor de riesgo principal de la depresión posparto parental, al hablar de inductores ecológicos. Los cambios en la relación de pareja o la falta de apoyo social también podrían actuar como detonantes dentro de este grupo de riesgo. 

Por otro lado, entre los factores de riesgo biológicos destacarían los bajos niveles de cortisol. Un dato "llamativo", según los autores, puesto que los niveles elevados de cortisol durante el embarazo se han descrito como predictores de depresión posparto materno. El desajuste en los niveles de prolactina, oxitocina o testosterona también puede conllevar cambios conductuales en el padre.