Que el sueño no sea sufiiente puede causar alteraciones en el
funcionamiento diurno entre los
adolescentes con
TDAH, según los resultados de un nuevo estudio. "Recimentemente, se ha identificado la
necesidad de investigación experimental que examine el
impacto del sueño en los
jóvenes con TDAH como una prioridad de investigación", han descrito
Stephen P. Becker, PhD, del Centro Médico del Hospital Infantil de Cincinnati y la Facultad de Medicina de la Universidad de Cincinnati, y su equipo .
"Los adolescentes son especialmente
propensos a tener un sueño más corto, debido a una variedad de
factores biológicos (como los cambios en el reloj circadiano asociados con la pubertad) y
ambientales (por ejemplo la hora de inicio del instituto o el uso de tecnología nocturna)", ha añadido.
Utilizando un
diseño experimental cruzado, investigaron si la duración del sueño estaba asociada causalmente con la
somnolencia, la
falta de atención y el
comportamiento en adolescentes con TDAH. Los jóvenes de 14 a 17 años ingresaron en un protocolo de sueño de
tres semanas que incluía una semana de fase de estabilización, una semana de restricción de sueño (6,5 horas) y una semana de extensión de sueño (9,5 horas).
Los investigadores monitorearon el sueño con
actigrafía y diarios de sueño y realizaron visitas al final de cada semana. Así, analizaron datos completos de
48 adolescentes con datos completos de actigrafía y quienes completaron con éxito el protocolo de sueño. Se examinaron la
somnolencia diurna autoevaluada y clasificada por los padres, los
síntomas del TDAH, el
ritmo cognitivo lento y las
conductas de oposición, al igual que las respuestas de los participantes a pruebas de rendimiento continuo para medir la falta de atención y la impulsividad.
Ritmo cognitivo lento
En promedio, los participantes experimentaron
1,6 horas más de sueño por noche durante la extensión del sueño que la restricción del sueño. De acuerdo con el estudio, los participantes experimentaron una
mayor eficiencia de sueño medida por actigrafía, menos vigilia medida por actigrafía después del inicio del sueño, menor latencia de inicio de sueño reportada en diario y mayor dificultad para despertarse reportada en diario, según el estudio.
Los participantes reportaron
mayor somnolencia durante el día y tenían más probabilidades de reportar
siestas durante la restricción del sueño en comparación con la extensión del sueño. Los padres informaron de que tenían una significativa
falta de atención durante la restricción del sueño.
Además, padres y adolescentes informaron de más síntomas de
ritmo cognitivo lento durante la restricción del sueño. Sin embargo, los adolescentes informaron significativamente menos
hiperactividad-impulsividad durante la restricción del sueño que la extensión del sueño.
“Nuestros hallazgos tienen
implicaciones potencialmente importantes para el
tratamiento de adolescentes con TDAH. "Si la duración reducida del sueño empeora el funcionamiento diurno, entonces la otra cara de la moneda es que la duración prolongada del sueño mejora el funcionamiento diurno", concluyeron Becker y su equipo. "El sueño debe
evaluarse cuando se trata a adolescentes con el trastorno".
Aunque pueda contener afirmaciones, datos o apuntes procedentes de instituciones o profesionales sanitarios, la información contenida en Redacción Médica está editada y elaborada por periodistas. Recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.