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Investigadores del Virgen Macarena examinan el uso de ketamina en depresión

Publican un estudio en la revista 'The British Journal of Psychiatry' que examinan la utilización del fármaco anestésico

Investigadores del Hospital Virgen Macarena.

22 may 2019. 11.00H
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Un equipo multidisciplinar de investigadores del Hospital Universitario Virgen Macarena de Sevilla ha publicado el artículo de opinión ‘Off-label use of ketamine for treatment-resistant depression in clinical practice: European perspective’ (Uso no autorizado de la ketamina para la depresión resistente al tratamiento en la práctica clínica: perspectiva europea), en la prestigiosa revista 'The British Journal of Psychiatry'.

Los autores han sido Álvaro López Díaz, psiquiatra del Servicio de Salud Mental; Manuel Murillo, residente de Farmacia Hospitalaria del Servicio de Farmacia; y Elisa Moreno, farmacéutica y monitora de ensayos clínicos de la Fundación Pública Andaluza para la Gestión de la Investigación en Salud de Sevilla (Fisevi).

En este trabajo se debate el empleo fuera de ficha técnica de la ketamina, un fármaco anestésico con propiedades disociativas, como una modalidad emergente de tratamiento en personas con depresión mayor resistente a las terapias antidepresivas habituales. Los autores plantean además, desde la perspectiva de un sistema público de salud como el andaluz, cuándo, cómo y bajo qué requisitos se podría administrar este novedoso tratamiento antidepresivo con ketamina.

Para trastornos depresivos graves y refractarios


Aproximadamente un tercio de las personas que padecen un trastorno depresivo mayor presentan una ausencia de respuesta o una respuesta incompleta a los tratamientos antidepresivos.

Numerosos ensayos clínicos han demostrado que la ketamina posee inmediatos e intensos efectos antidepresivos

En los últimos años, numerosos ensayos clínicos han demostrado que la ketamina, en perfusiones intravenosas a dosis subanestésicas, posee inmediatos e intensos efectos antidepresivos en esta población con trastornos depresivos graves y refractarios.

Estos estudios han tenido gran interés en la comunidad científica pero, sin embargo, los beneficios terapéuticos que ofrece la ketamina son transitorios y se ha demostrado que para mantener su efecto antidepresivo se necesitarían dosis periódicas de mantenimiento.

Limitaciones de la ketamina


El problema de estas estrategias de mantenimiento radica en el potencial adictivo de la ketamina (de hecho, se la considera también como droga recreativa de abuso) y en la escasez de estudios longitudinales de calidad que examinen su eficacia y seguridad a medio y largo plazo.

A pesar de estas limitaciones, el empleo de ketamina intravenosa para el tratamiento de la depresión resistente se ha popularizado de manera considerable en los Estados Unidos a diferencia de en los países europeos, donde su uso en la práctica clínica, hasta el momento, está siendo muy escaso.

Estas diferencias, en opinión de los autores del artículo, son debidas al marco regulatorio que existe en los países europeos relativo al uso de medicamentos fuera de ficha técnica y también a la implementación dentro de nuestros sistemas públicos de salud de algoritmos unificados de tratamiento basados en guías de práctica clínica.

Uso en los sistemas nacionales de salud


Aunque la falta de estudios a largo plazo que evalúen la eficacia y seguridad del fármaco obligan a rebajar el optimismo y a adoptar una actitud expectante, la evidencia a corto plazo sí que posiciona a la ketamina como un tratamiento a considerar en casos complejos de depresión refractaria, sobre todo cuando existe un alto riesgo suicida.

Los autores inciden en la necesidad de informar rigurosamente a los pacientes sobre sus riesgos y beneficios

No obstante, los autores consideran que el empleo de la ketamina para el tratamiento de la depresión resistente en los sistemas sanitarios públicos solo estaría justificado en aquellas personas que no han presentado una respuesta adecuada a todas las opciones terapéuticas basadas en la evidencia que están disponibles en las guías de práctica clínica sobre depresión mayor.

Además, inciden en la necesidad de informar rigurosamente a los pacientes sobre los riesgos y beneficios de esta modalidad de tratamiento y defienden que su empleo debería quedar restringido sólo al ámbito hospitalario y tras una aprobación, individualizada para cada caso, por parte de la Comisión de Farmacia y Terapéutica del hospital tratante.



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