Medir el
patrón de la mirada de los
niños mientras
ven películas sobre
interacciones sociales es una manera de
identificar de forma
precisa cerca de la
mitad de los casos del trastorno del espectro autista (TEA), según un nuevo estudio publicado en
Autism Research de la Universidad Ben-Gurion de the Negev (Israel) que buscaba descubrir un diagnóstico precoz del TEA a través del
eye tracking.
Generalmente, cuando los niños con trastorno del espectro autista ven películas sobre interacciones sociales, los investigadores predicen el trastorno al
observar sus
caras, sus
gestos,
movimientos corporales y los
objetos que son
relevantes para la
interacción social y su
narrativa. En el nuevo estudio, los investigadores demuestran que los niños con autismo ven este tipo de películas con unos
patrones de
mirada más variables e
idiosincráticos.
"El seguimiento del ojo es probablemente una de las
primeras tecnologías que se incorporará al
uso clínico para detectar síntomas del síndrome del espectro autista, pero necesita optimizarse para identificarse y cuantificar específicamente estos síntomas", explica el profesor
Ilan Dinstein, del Departamento de Psicología y Cognición y Ciencias del Cerebro y director del Centro de Investigación Nacional sobre Autismo de Israel.
"Este nuevo estudio da un
primer paso muy importante en la dirección de usar la tecnología del seguimiento de la mirada para comparar diferentes películas y medidas dentro del mismo grupo de niños", ha añadido.
Tres cortometrajes
Estudios previos sobre el seguimiento de la visión habían registrado que los
niños con autismo se fijan menos en las caras en comparación con los grupos de control. Sin embargo, los niños también se fijan en las acciones, los gestos, los movimientos, los detalles contextuales y los objetos que son parte de una narrativa social, y, por consiguiente, crean patrones complejos de la mirada para entender adecuadamente las interacciones sociales.
"Cuantificar esta mirada en niños individualmente permite la separación de los que tienen TEA del grupo de control con más sensiblidad"
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En el estudio actual, los investigadores presentaron a los niños con autismo y a los niños del grupo de control
tres cortometrajes, y vieron cada uno dos veces. Dos de las películas eran animadas y una era un vídeo casero y realista; todo contenía interacciones sociales entre al menos dos individuos.
Este
diseño experimental permitió establecer
comparaciones a través de las películas, presentaciones y diferentes mediciones del seguimiento de la mirada para identificar cuál es la mejor técnica para identificar niños con trastorno del espectro autista basándose en las diferencias del comportamiento de la mirada.
Patrón de la mirada
Al ver los niños las películas de una
manera predecible, el patrón de la mirada de estos por separado es marcadamente similar al principal del grupo. En otras palabras, los niños en desarrollo acuerdan dónde y cuándo mirar
ubicaciones específicas en la pantalla.
Por el contrario, los niños con autismo mostraron una
mayor variabilidad en los patrones de mirada que difería del patrón principal de los niños que se desarrollan de manera típica. Además, sus patrones de mirada eran inconsistentes no solo entre individuos, sino también a través de las
presentaciones de las películas. Por tanto, cuando los niños con TEA ven la misma película repetidamente, tienen patrones de mirada más variables e inconsistentes.
"Los resultados demuestran que los niños con TEA con síntomas más graves muestran patrones de mirada idiosincráticos mayores"
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Cuantificar esta
mirada en niños individualmente permite la separación de niños con TEA y los del grupo de control con una mayor sensibilidad y especifidad que las mediciones tradicionales como el tiempo de mirada en las caras", señala Dinstein. "Esto se relaciona sobremanera con la
gravedad de sus síntomas sociales", afirma.
En concreto, las
grandes diferencias entre niños con TEA y grupos de control ocurrían cuando se usaba un
vídeo realista que contenía una
interacción social entre dos hermanas (de dos y cinco años) en una habitación desordenada con objetos cotidianos. Esto sugería que los patrones de mirada anormales e idiosincráticos fueron más pronunciados cuando los niños con TEA observaron interacciones no editadas en la vida real de otros niños, lo que hace que los hallazgos sean particularmente relevantes para las interacciones sociales de la vida real.
"Vistos juntos, estos resultados demuestran que los niños con TEA con
síntomas más graves muestran
patrones de mirada idiosincráticos mayores", ha afirmado Dinstein. Esto puede ayudar no solo a la detección precoz del autismo, sino que también puede producir cambios en la gravedad del TEA a lo largo del tiempo y en relación a los tratamientos.
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