Las
diferencias estructurales en el
cerebelo pueden estar relacionadas con algunos aspectos del
trastorno del espectro autista, según un estudio de Neuroimagen del Centro Médico Irving de la Universidad de Columbia (
Cuimc, por sus siglas en inglés), en Nueva York, Estados Unidos. Los hallazgos
se detallan en la edición digital de 'PLOS ONE'
El
cerebelo, que significa "pequeño cerebro" en latín, constituye solo el 10 por ciento del volumen total del cerebro, aunque contiene el
80 por ciento de todas las
neuronas en el cerebro humano. Alguna vez se pensó que esta estructura del cerebro con forma irregular gobernaba principalmente la función motora, pero estudios recientes sugieren que también juega un papel importante en el
aprendizaje implícito (extrayendo las reglas subyacentes sin instrucción explícita) así como en la
función sensorial y cognitiva.
La mayoría de los
estudios de imágenes cerebrales en el autismo se centran en el cerebro, que es más grande que el cerebelo a pesar de tener menos neuronas. Eso es en parte una función de la forma única e irregular del cerebelo, que es
difícil de analizar con técnicas de imagen convencionales.
"Imagínese mirar solo el 20 por ciento de las neuronas del cerebro y tratar de pintar una
imagen completa del desarrollo atípico en humanos basado en un conocimiento tan limitado", pone como ejemplo la autora principal del estudio,
Kristina Denisova, profesora asistente de Neurobiología Clínica (en Psiquiatría) en el Colegio de Médicos y Cirujanos de la Universidad de Columbia.
Superficie cerebelosa más plana, ligada a dificultades de comunicación
Para examinar esta región estructuralmente compleja del cerebro, los investigadores aplicaron
análisis fractal 3D de alta resolución a los datos de
imágenes de resonancia magnética (IRM) para estimar la
dimensión fractal -una medida de la complejidad estructural- de la
capa externa del cerebelo en
20 niños con autismo de 6 a 12 años y
18 controles emparejados por edad con habilidades verbales similares y volumen cerebeloso.
Los niños con autismo tenían una estructura superficial más plana
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Así, descubrieron que los
niños con autismo tenían una
dimensión fractal significativamente menor, lo que indica una
estructura superficial más plana, en la corteza cerebelosa derecha en comparación con los controles. Debido a que el lado derecho del cerebelo es compatible con el procesamiento del lenguaje en personas con desarrollo típico, este hallazgo sugiere que tener una superficie cerebelosa más plana puede estar
relacionado con dificultades de comunicación en personas con autismo.
En estudios previos, las características atípicas en el cerebelo se asociaron con el autismo, pero los hallazgos fueron inconsistentes. "Nuestro estudio de imágenes cerebrales es el primero en observar la estructura del cerebelo mientras se controla el volumen y otras variables potencialmente confusas", asegura el primer autor del artículo,
Guihu Zhao, investigador postdoctoral en el Departamento de Psiquiatría del Centro Médico Irving de la Universidad de Columbia.
Repensar el papel del cerebelo en jóvenes en riesgo de desarrollo atípico del cerebro
Los investigadores también encontraron que la dimensión fractal estaba vinculada a las
diferencias en las habilidades cognitivas y la comunicación de los niños, áreas que a menudo se ven afectadas por el autismo. En general, los niños con autismo que tenían mejores habilidades de comunicación social presentaban una estructura cerebelosa más normal, al igual que aquellos con mayores habilidades no verbales en relación con las habilidades verbales.
"Nuestros hallazgos sugieren que es posible que tengamos que
repensar el papel de la función y estructura del cerebelo en individuos
jóvenes en riesgo de desarrollo atípico del cerebro -plantea Denisova-. Las
diferencias tempranas en la
percepción, incluido el
tiempo (es decir, la detección atípica de pausas en la conversación o la coordinación atípica de aportes de diferentes modalidades), podrían dar forma al desarrollo cerebeloso y explicar los hallazgos estructurales actuales en niños con autismo".
Según Denisova, una interpretación de los hallazgos es que el aumento de la complejidad estructural del cerebelo puede
mejorar el aprendizaje implícito en niños que se desarrollan atípicamente. Los investigadores actualmente están evaluando esta cuestión en estudios de
bebés y niños pequeños que están en
riesgo de desarrollar autismo más adelante en la vida.
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