El
riesgo genético de desarrollar trastorno por déficit de atención con hiperactividad (
TDAH) puede detectarse en el cerebro en la infancia, cuando muestra un volumen más reducido de una estructura del cerebro, el núcleo caudado, ha concluido un estudio liderado por el Institut de Salut Global de Barcelona (ISGlobal) y basado en un grupo de
1.139 niños y niñas holandeses de diez años.
El trabajo, publicado en 'Journal of the American Academy of Child & Adolescent Psychiatry', identificó en
resonancias magnéticas de niños -pero no en las de niñas- que estas
diferencias morfológicas a nivel del núcleo caudado podrían explicar parte de la asociación entre riesgo genético de sufrir TDAH y problemas de atención.
Sus hallazgos son significativos porque, "si bien la asociación entre TDAH y núcleo caudado más reducido ya se considera una
evidencia consistente, aún
se desconocen los mecanismos implicados", y las conclusiones sugieren que la
s variantes genéticas relacionadas con el TDAH podrían explicar esta asociación, ha explicado la primera autora del estudio,
Sílvia Alemany.
"El TDAH es
más prevalente entre los niños que entre las niñas y todavía
se investiga el porqué. Nuestros resultados sugieren que las variantes genéticas asociadas a este trastorno podrían actuar de forma diferente en el cerebro de niños que en el de las niñas", ha detallado la investigadora en un comunicado del ISGlobal.
Otros trastornos no cambian el volumen
Partiendo de
datos genéticos de estos 1.139 niños -que pertenecen a la cohorte holandesa 'Generation R Study'- los investigadores
calcularon la susceptibilidad de
cada participante frente a cinco trastornos psiquiátricos y
dos rasgos cognitivos, por medio de puntuaciones de
riesgo poligénico -que miden el riesgo provocado por múltiples genes, y se basan en estudios con miles de participantes-.
Cruzando estas
puntuaciones de
riesgo poligénico con
imágenes del cerebro realizadas
mediante resonancia magnética, observaron que los niños y niñas con variantes genéticas relacionadas con la inteligencia o el número de años de escolarización tendían a presentar un volumen total del cerebro más grande.
Los trastornos psiquiátricos para los que se
evaluó el riesgo poligénico son TDAH, trastorno del espectro autista, esquizofrenia, trastorno bipolar y depresión mayor y, de todos ellos, el TDAH fue el único en que se dieron asociaciones significativas con el volumen de alguna región cerebral.
Investigar cambios en el tiempo
"Este estudio se ha realizado con
datos recogidos en un
momento puntual de la vida de sus participantes. Ahora se debería llevar a cabo una
nueva investigación tomando más medidas de la
morfología del cerebro repartidas en el tiempo" para ver si el riesgo de
trastornos psiquiátricos o
rasgos cognitivos se relaciona con cambios en el desarrollo, ha observado Alemany.
A pesar de la existencia de
estudios mayoritariamente centrados en
población adulta, la cuestión de si el riesgo genético de desarrollar determinados trastornos psiquiátricos o rasgos cognitivos se manifiesta en la morfología del cerebro desde la infancia es una incógnita sobre la que existen pocas evidencias científicas.
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