Los
médicos deben estar familiarizados con las cuestiones relacionadas con el uso actual de
cánnabis para que puedan aconsejar a los pacientes sobre los riesgos, según sugiere una
investigación reciente. Los autores señalan que la
marihuana puede causar psicosis, deterioro del funcionamiento social y ocupacional, así como crear riesgos en la seguridad de las familias de los consumidores. Agregan además que, para proporcionar una asesoría adecuada, los facultativos deben comprender los patrones de uso del paciente, incluyendo el tipo, la dosis y el método de administración del producto de cánnabis.
"Notamos que muchos de nuestros pacientes estaban usando productos nuevos de cánnabis de los que no sabíamos mucho. Nos dimos cuenta de que muchos médicos, incluyéndonos, sólo teníamos conocimientos básicos y a menudo anticuados", explicó al medio
Medscape el autor principal,
Jeremy Peters, del Departamento de Psiquiatría de la Oregon Health and Science University, en Portland, Estados Unidos.
Los investigadores llevaron a cabo un estudio para educar a los médicos, que deberían "
iniciar la conversación con los pacientes sobre el consumo de cánnabis, a pesar de que el tiempo disponible con los pacientes suele ser limitado", aseguró Peters. Este estudio está publicado en la edición de febrero del Journal of the American Osteopathic Association.
Emergente industria millonaria
El
cánnabis es "una de las sustancias más utilizadas y controvertidas en el mundo", escriben los autores. En Estados Unidos, su uso médico es legal en 30 estados. Además, desde hace un tiempo, el uso recreativo es también legal en 8 estados.
A raíz de su legalización, tal y como señalan los investigadores, ha surgido una emergente industria multimillonaria del cánnabis. Ahora, los consumidores pueden encontrar una gran variedad de productos, que incluyen cánnabis herbal de alta potencia, comestibles de cánnabis de producción masiva, aceites de cánnabis, concentrados y preparaciones tópicas.
El cánnabis es "una de las sustancias más utilizadas y controvertidas del mundo"
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Los cannabinoides tetrahidrocannabinol (THC) y cannabidiol (CBD) son los principales ingredientes farmacológicamente activos. El THC se une a los receptores CB1 y CB2, y el CBD parece funcionar como un agonista inverso en los receptores CB1 o CB2, explican los autores. Aunque la ingesta de THC eleva el riesgo de psicosis, el CBD podría tener propiedades antipsicóticas y ansiolíticas.
Existen varias
utilizaciones médicas potenciales para el THC, incluido el uso para la
analgesia en pacientes con dolor neuropático o con dolor crónico por
cáncer. También se ha demostrado que es beneficioso para
aliviar la espasticidad
asociada con la
esclerosis múltiple. Asimismo, existe una evidencia, aunque de baja calidad, que sugiere que los cannabinoides pueden ayudar a las náuseas y los vómitos que se asocian a la
quimioterapia.
La determinación de la dosis es complicada
En el último medio de siglo el cánnabis ha ido aumentando su fuerza. Si en la década de 1960 los productos de cánnabis contenían de 1 a 5 por ciento de THC en peso, hoy en día contienen entre un 15 y un 25 por ciento en peso e, incluso, llegan a tener un 30 por ciento o más. La
determinación de la dosis de THC que se consume es compleja, porque su porcentaje en peso difiere entre los productos. Dos personas pueden fumar la misma cantidad de producto pero estar expuestas a diferentes dosis de THC.
El
método de administración también afecta la dosis, ya que algunos químicos activos se pierden por combustión, flujo lateral o exhalación, dependiendo de cómo se tome el producto. El nuevo informe revisa las rutas por las cuales los usuarios están expuestos a los productos de marihuana, comenzando con el cánnabis herbal inhalado a través de cigarrillos, cigarros o pipas.
La
intoxicación puede ocurrir tan pronto como 2 minutos después de la primera inhalación. El efecto máximo llega 30 minutos después del uso, y la intoxicación continúa durante 2 a 4 horas. Algunos efectos menores, como la memoria de trabajo deteriorada, pueden persistir durante más de 24 horas.
La
falta de estandarización dificulta el cálculo de la cantidad de cánnabis fumado, por lo que se aconseja a los médicos que recopilen datos sobre la frecuencia con que el paciente
compra cánnabis, la cantidad que compra habitualmente, cuánto fuma cada vez y cuántas veces consume el cánnabis antes de la próxima compra. Los autores enfatizan que sólo se absorbe el 25 por ciento de la cantidad total de cannabinoides cuando se consume en forma combustible. Por el contrario, el usuario absorbe hasta el 33 por ciento de los cannabinoides totales si inhalan un producto vaporizado.
El hachis necesita menos cantidad para el mismo efecto
El
hachís, que consiste en las glándulas de resina compactadas y pegajosas de la planta de cánnabis, tiene menos formas de ser consumido que el cánnabis herbal. Se fuma o se ingiere a través de
vapor. Debido a que está muy concentrado, sólo se necesita una pequeña cantidad para sentir un efecto, por lo que los usuarios que están acostumbrados a un menor porcentaje de THC en productos herbales pueden terminar tomando una dosis muy alta, lo que puede provocar efectos adversos, como psicosis o deterioro cognitivo.
Los productos de cánnabis ingeridos por vía oral son cada vez más populares
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Los
productos de cánnabis ingeridos por vía oral ("comestibles") son cada vez más populares y pueden tomar la forma de bebidas, dulces, galletas, bastoncitos de miel, mantequilla y aceites de cocina. El THC se absorbe "inconsistentemente" cuando se ingiere por esta vía. Se metaboliza ampliamente a través del mecanismo de primer paso; los efectos se experimentan de 2 a 4 horas después de la ingesta y duran de 6 a 8 horas.
Cuando se usan comestibles, se necesita más THC para sentir su efecto, en comparación que cuando se fuma, aunque el efecto parece ser más intenso y durar más con los comestibles. Además, conllevan un riesgo particularmente alto para los miembros de la familia, especialmente los niños, tal y como señalan los autores. "Los comestibles tienden a ser dulces, y el empaque a veces está diseñado para imitar objetos familiares, como dulces", escriben.
Por esta razón, "durante las visitas clínicas, los médicos deben aconsejar a los consumidores de cánnabis sobre el
almacenamiento seguro de estos productos para evitar la ingesta accidental por niños u otros cohabitantes". "Una caja de seguridad puede limitar la exposición accidental", aconseja Peters.
Aceites de cánnabis
Los
aceites de cánnabis a menudo son hechos en casa por los usuarios a través de la extracción de alcohol o de cocinar el cánnabis herbal en sustancias grasas. Estos aceites se han vuelto populares porque se dice que tienen algunos
efectos anticancerígenos, aunque esta idea no está basada en evidencia. A menudo se toman por vía oral en forma líquida, a veces son incorporados a los alimentos, y ocasionalmente se fuman después de ser añadidos al cánnabis herbal.
El cánnabis también se puede aplicar por
vía tópica. Está disponible en lociones, cremas y aceites que pueden ayudar con la inflamación local y el dolor, pero rara vez se absorben sistémicamente y no conducen a la intoxicación.
Los aceites de esta sustancia se hacen a menudo en casa
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"Los temas de conversación más importantes están relacionados con la seguridad", enfatizó Peters. Para el experto, se debe recordar a los pacientes que no conduzcan en estado de intoxicación. Además, las preocupaciones de salud adicionales son con respecto al
riesgo potencial de infección micótica por cánnabis mohoso, deterioro en la
memoria y concentración, poca motivación y psicosis potencial en pacientes con trastorno bipolar.
Los autores sugieren que los
pacientes con trastorno bipolar o trastorno de ansiedad social deben ser aconsejados para evitar el cánnabis. Además, aquellos pacientes cuyo uso de cánnabis da como resultado un deterioro de la salud o un deterioro del funcionamiento social y ocupacional, pueden estar abusando de la sustancia. Los autores recomiendan que dichos pacientes deben ser aconsejados para suspender el uso de cánnabis o deben ser referidos a proveedores de tratamiento de abuso de sustancias, recomiendan los autores.
"Los pacientes que deseen utilizarlo deben comenzar con la dosis más pequeña para el efecto deseado, utilizando cepas con bajo THC y alto CBD, y los médicos siempre deben estar preparados para apoyar a un paciente que se sienta listo para dejar de usarlo", aconsejó Peters.
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