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El desorden de conducta adolescente no es un síntoma ligado al TDAH

Un estudio confirma que son trastornos independientes

Existen alteraciones psiquiátricas que se solapan al TDAH pero que precisan de una terapia propia, según defienden los autores de un estudio reciente.

18 mar 2017. 11.40H
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POR REDACCIÓN
Un desorden de conducta en el adolescente diagnosticado de trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) no forma parte necesariamente de éste aunque sin duda lo agrave. En cambio, sí hace lo propio otra entidad reconocida en los manuales de Psiquiatría: el trastorno de oposición desafiante.

Con todas las precauciones que merece un solo estudio, ésas son las conclusiones de una investigación recién publicada en Journal of the Formosan Medical Association en la que se parte de una muestra de pacientes entre 11 y 18 años de edad divididos de forma meticulosa en cuatro grupos.

En primer lugar, se agrupó a quienes estaban diagnosticados de TDAH y también de trastorno de conducta (TC) con independencia de que hubieran desarrollado o no, a su vez, un trastorno de oposición desafiante (TOD).

En segundo, se compiló a quienes padecían TDAH con TOD en ausencia comprobada de desorden de conducta. En tercer término, se reunió a quienes solamente sufrían TDAH. El resto de participantes se utilizó como grupo control. Acto seguido, se midieron por medio de test específicos las funciones neurocognitivas de todos los menores.

Resultados en cada uno de los grupos

Como resultado, los autores dieron con que los tres grupos principales adolecían de problemas de memoria espacial y de corto plazo. Sin embargo, los déficits en la memoria verbal y en el control de la impulsividad se vieron con claridad en quienes padecían TDAH y TOD (primer segmento de adolescentes) pero no en quienes solo sufrían únicamente el primero.

Por otra parte, la combinación de TDAH y problemas de conducta no mostraba diferencias significativas respecto al grupo control en otras variables relacionadas con la memoria, la alerta y la atención.

Así que los científicos concluyen que existen déficits neuropsicológicos que caracterizan, por una parte, a los adolescentes con TDAH y TOD y, por otra, a quienes sufren TDAH y desorden de conducta.

“La comorbilidad de TDAH con el trastorno de conducta puede ser una entidad nosológica propia que necesita diferenciarse con vistas a desarrollar otra estrategia terapéutica, en tanto que el TDAH concomitante con TOD puede ser una forma grave del primero que precisa de un tratamiento específico aún más intensivo que el habitual”, sentencia el resumen del trabajo.

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