La
patología mental en la infancia ha llegado al
Consejo Económico y Social de España (CES) con una gran lista de
retos pendientes. Entre ellos, uno de los que más preocupa al psicólogo clínico
Javier Urra es la falta de atención a los
problemas de identidad y de equidad en la salud física de los niños y adolescentes en España. Se trata de cuestiones que están desembocando en situaciones más peligrosas para los jóvenes, como son la
anorexia y las
autolesiones, entre otras, y que
se arrastran en un 80 por ciento de los casos
hasta la edad adulta. Así lo ha trasladado junto a Daniel Turiendo ante la Comisión de Trabajo con motivo de la elaboración del informe
'Derechos, calidad de vida y atención a la infancia'.
Este documento, que aún no ha sido publicado, recoge cómo las
autolesiones, en concreto, se pueden interpretar como un inicio de
riesgo de suicidio en menores, según explica el experto. “Muestran cómo el niño o el adolescente
sufre emocionalmente, no lo acepta y
transforma ese dolor en daño físico”, añade. “Las autolesiones pueden suceder cuando los padres o los profesores regañan al menor, o incluso cuando pierde o se enfada con un amigo. Para
gestionar ese dolor emocional se corta y se hace daño. Es una forma de trasladar esa sensación. Esto no es nada positivo”, detalla Urra.
Junto a estos problemas aparece el del
acoso escolar, que ha evolucionado hacia el
ciberacoso de manera generalizada. “El fin de semana, los chicos que agreden, que ridiculizan o que vejan durante la jornada escolar, lo transmiten también
mediante las redes sociales”. Esto supone un gran problema para los jóvenes, ya que los agredidos, aunque llegan a su hogar con la idea de refugiarse,
continúan sufriendo este acoso.
El déficit de profesionales dificulta afrontar estas cuestiones
Uno de los graves inconvenientes que presenta el
Sistema Nacional de Salud (SNS) a la hora de abordar estas cuestiones, tal y como explica Urra, es el
déficit de psicólogos y de psiquiatras infantojuveniles que hay en la actualidad en España.
En concreto, en el país hay
11 psiquiatras infantojuveniles por cada 100.000 habitantes. Se trata de una cifra muy baja si se comprara con otros países, como es el caso de Francia, donde se duplica el número de profesionales respecto a España, tal y como explica el experto. En España, además, hay
6 psicólogos clínicos por cada 100.000 habitantes, mientras que la media de la OCDE se sitúa en 18, es decir, el triple.
Por este motivo, Urra considera que para subsanar estas
patologías mentales en la infancia, el punto de partida es “crear
más plazas de psiquiatras y psicólogos infantojuveniles”. Otra cuestión esencial, según el experto, sería que los centros de salud o
ambulatorios dispusieran de un psicólogo que trabaje mano a mano con los médicos de
Atención Primaria, especialmente con los pediatras, que pueda captar estas situaciones, más llamativas en el ámbito clínico, según explica Urra.
“Por ejemplo, se pueden observar casos de jóvenes que se
enganchan a sustancias, a bandas… que no se sienten bien a título individual y que empiezan a agruparse. Otro tema de gran preocupación es el de los jóvenes que
confunden lo que es persona de lo que es personaje, que se pasan el día detrás de una pantalla porque no tienen muchos amigos y que pierden la relación con sus iguales”, añade.
“En estos casos,
la sanidad pública debería actuar aumentando las plazas de psiquiatra infantojuvenil, más plazas de psicología clínica y, desde luego,
incluyendo una figura en los ambulatorios que capte, esas realidades”, detalla Urra. Esta es una de las peticiones que el profesional ha hecho al CES.
“En el área de la intervención con niños y adolescentes
es imprescindible que haya psicólogos especializados en Psicología Clínica infantojuvenil, tanto en los servicios de salud mental como en los centros de
Atención Primaria, que puedan atender a los niños y adolescentes con problemas de
ansiedad o depresión y proporcionarles la psicoterapia que, hoy por hoy, es el tratamiento de primera elección”, demanda.
Junto a esto, el experto no deja pasar la importancia de la prevención en todos los aspectos relacionados con la patología mental infantil. “
La prevención se llama correcta educación. Pasa por la salud mental, fortaleciendo el bienestar psicológico de los niños, desarrollando sus competencias personales, de
autoestima, valía y eficacia, con capacidad para aceptar frustraciones y obtener equilibradamente y con calma lo mejor que este mundo puede ofrecer”.
Los problemas mentales: de la infancia a la edad adulta
Un dato muy importante a la hora de analizar los problemas de salud mental en la infancia es que
el 80 por ciento de los problemas de salud mental en adultos provienen de esta etapa. “Si no ponemos los medios para tratarlos desde la infancia, los diagnósticos podrían empeorar en la edad adulta”, concreta Urra.
“Es tanto en la juventud como al inicio de la vida donde se producen los trastornos que luego
se arrastran durante tantos años, y eso supone problemas físicos, emocionales, psíquicos y económicos.
Es esencial abordar estos temas”, señala el experto. “Esto es como los incendios, no es lo mismo apagarlo cuando se inicia que cuando ya se ha desbordado”.
Por este motivo, otra de las maneras de abordar estas patologías, para Urra, pasa por
disponer de más psicólogos en los colegios y así lo ha trasladado al CES. “Los colegios y los institutos precisan de profesionales de la psicología, para detectar, o
tratar los primeros atisbos de trastornos mentales, patologías sobrevenidas, y otras situaciones que quiebran el equilibrio de los alumnos”.
Tal y como detalla, este es un problema que ha ido empeorando durante los últimos años. “Antes teníamos más, pero cuando en 2018 llegó la crisis y con ella la austeridad y las dificultades económicas,
muchos psicólogos y orientadores desaparecieron”.
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