Un nuevo estudio que analiza los primeros 1.000 participantes en el Consorcio de Rhode Island para la Investigación y el Tratamiento del Autismo (RI-CART, por sus siglas en inglés) identifica las
tendencias clave en la presentación y el diagnóstico del
trastorno del espectro autista. El estudio fue publicado en
Autism Research el lunes 20 de enero.
El primer hallazgo fue que las
niñas con
autismo reciben un
diagnóstico, en promedio, casi 1,5 años después que los niños. Esto es probable porque los padres y los médicos tienden a notar retrasos en el lenguaje como el primer signo de autismo, y las niñas en el estudio exhibieron
habilidades lingüísticas más avanzadas en comparación con los varones, tal y como han explicado los autores del estudio
Stephen Sheinkopf y
Eric Morrow.
"Debemos repensar las intervenciones tempranas"
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El autismo es mucho más común en los niños. El estudio 'RI-CART' encontró más de cuatro veces más niños que niñas con autismo. Sin embargo, dado el gran tamaño de la muestra, el estudio sirvió para evaluar a las niñas con autismo. El hallazgo de que las menores son diagnosticadas más tarde es clínicamente importante, ha asegurado Morrow, profesor asociado de Biollogía Molecular, neurociencia y psiquiatría en la Universidad de Brown.
"El tratamiento principal que tiene más eficacia en el autismo es el diagnóstico temprano y llevar a los niños a servicios intensivos, incluida la terapia conductual", ha explicado Morrow. "Entonces, si estamos identificando a las chicas más tarde, eso puede retrasar sus tratamientos".
Importancia de un reconocimiento temprano
Sheinkopf, profesor asociado de Psiquiatría y Pediatría en Brown, ha enfatizado la importancia del reconocimiento temprano: "Tenemos que pensar en cómo podemos mejorar el
reconocimiento del autismo en las personas, incluidas muchas de estas niñas, que no tienen el mismo nivel de retraso en el lenguaje pero que pueden tener otras
dificultades en la
comunicación social, el
juego y la
adaptación a el mundo social ", ha afirmado.
"Y a medida que mejoramos el diagnóstico para todos los individuos en los primeros años -ha continuado-, también debemos repensar las intervenciones tempranas para asegurarnos de que estén diseñadas de manera adecuada para los niños que podrían necesitar asistencia sobre elementos más matizados de adaptación social. Necesitamos
refinar los tratamientos que atiendan a las necesidades individuales ".
Con sede en el Hospital Bradley en East Providence, el equipo que está implicado en el 'RI-CART' representa una
colaboración académica
público-privada que, además de a investigadores, involucra también a casi todos los servicios para las familias afectadas por autismo en Rhode Island.
Al involucrar tanto a la comunidad como a los clínicos, el estudio inscribió a más del 20 por ciento de las personas en
edad pediátrica con autismo en Rhode Island. Los participantes fueron reclutados de todas las regiones geográficas del estado y, como parte del estudio, recibieron evaluaciones rigurosas en persona.
Diferentes diagnósticos
La mayoría de los participantes habían recibido un diagnóstico de autismo antes de ingresar al estudio (un diagnóstico comunitario), que fue confirmado posteriormente por un asesor en persona, lo que significa que también recibieron un diagnóstico de investigación.
"Muchas personas con autismo necesitan apoyos para los desafíos psiquiátricos y emocionales"
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El estudio también incluyó individuos cuyos diagnósticos fueron menos claros. Por ejemplo, algunas personas recibieron un diagnóstico comunitario o un diagnóstico de investigación, pero no ambos. Otros individuos fueron remitidos al estudio pero no tenían evidencia de autismo ni de una evaluación comunitaria ni de la evaluación de la investigación.
"El grupo que fue diagnosticamente menos definido representa la
complejidad que los médicos encuentran a diario, por lo que es una muestra realista en ese sentido", ha apuntado Sheinkopf. "Este rango completo de presentación
heterogénea del autismo es bastante exclusivo de nuestro estudio". El otro hallazgo importante del estudio fue que las personas con autismo frecuentemente exhiben afecciones psiquiátricas y médicas concurrentes.
Cerca del 50% informaron de más trastornos
Casi la mitad de los participantes informó otro trastorno del desarrollo neurológico (es decir, trastorno por déficit de atención e hiperactividad (
TDAH) o
discapacidad intelectual), mientras que el 44,1 por ciento informó un
trastorno psiquiátrico; el 42,7 por ciento informó una
afección neurológica (es decir, convulsiones / epilepsia, migrañas, tics ); el 92,5 por ciento de al menos una
afección médica general; y casi un tercio informó otros
problemas de comportamiento. "Estas condiciones concurrentes también deben ser un foco de tratamiento para los pacientes", ha afirmado Morrow.
"Muchas personas con autismo necesitan
apoyo para los desafíos psiquiátricos y emocionales que prevalecen en las personas que comparten este diagnóstico", ha agregado Sheinkopf. "Estas son personas clínicamente complicadas que merecen una atención sólida, sofisticada, multidimensional y multidisciplinaria".
En el futuro, Sheinkopf y Morrow esperan que el registro 'RI-CART' conduzca a más estudios que mejorarán la vida de las personas con autismo y sus familias. "Dado que el autismo es un trastorno del desarrollo, el campo realmente necesita enfocarse en
estudios longitudinales: seguir el desarrollo y las transiciones de las personas", ha afirmado Morrow. "Creo que vamos a aprender aún más cuando seguimos a niños desde una edad muy temprana a medida que se desarrollan, incluso hasta la edad adulta".
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