El consumo de alcohol en pacientes con depresión multiplica el
riesgo de suicidio por siete, según ha revelado el psiquiatra
José Martínez-Raga, del Doctor Peset de Valencia;
además, se sabe que un 44 por ciento de los enfermos mentales abusa de ésta y otras sustancias tóxicas, de acuerdo con las conclusiones de un simposio en el contexto del
XIX Congreso Nacional de Psiquiatría, que se celebra en Palma de Mallorca.
De hecho, un 40 por ciento de las personas con
depresión, un 43 por ciento de los enfermos con
trastorno bipolar, y un 33 por ciento de los pacientes con
esquizofrenia sufre alguna clase de problema relacionado con el alcohol
con el subsiguiente empeoramiento de sus síntomas, pronóstico y recuperación.
Éstos son algunos de los datos expuestos en la mesa del Congreso titulada
Cómo tratar al paciente con trastornos mentales y uso problemático del alcohol, que ha moderado
Nestor Szerman, jefe del Servicio Salud Mental Retiro, promovido por el Hospital Gregorio Marañón de Madrid, y presidente de la
Sociedad Española de Patología Dual.
Han intervenido en el foro, asimismo,
Adrián Neyra del Rosario, psiquiatra adjunto y Doctor en Psiquiatría por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, además de responsable del Programa de Adicciones en el Dr. Negrín de Gran Canaria.
Para Szerman, “tenemos un problema, ya que el consumo de alcohol entre los
pacientes psiquiátricos resulta muy frecuente, lo cual empeora el pronóstico y evolución de la enfermedad”. “Sin embargo, esta situación suele ser desconocida por los psiquiatras, salvo en los casos muy graves. Las causas son tanto que se oculta o se minimiza el problema por parte del paciente, como la poca formación de los especialistas en este campo, por lo general derivado a las redes de adicciones”, ha explicado.
“La evolución, no obstante, de las enfermedades psiquiátricas dependerá del correcto diagnóstico y tratamiento de ambas patologías. Una cantidad importante de pacientes permanece sin un diagnóstico adecuado de este uso problemático de alcohol, lo que empeora la evolución y el pronóstico de estos sujetos condenados a no encontrar la puerta adecuada para atender su problema”.
Según ha subrayado Martínez-Raga, “en un paciente con depresión y trastorno por consumo de alcohol coexistente, existe un riesgo de suicidio siete veces mayor, peor ajuste social, peor funcionamiento global y satisfacción vital más baja, así como síntomas depresivos más graves y persistentes, mientras que en el caso de ansiedad y trastorno por consumo de alcohol, los síntomas de ansiedad son más graves y persistentes, existe también un mayor riesgo de suicidio y mayor interferencia con el tratamiento debido a la preocupación”.
Abordaje integral en beneficio del paciente
El
abordaje de la enfermedad mental grave junto al uso problemático de alcohol requiere, por tanto, de un enfoque integral a cargo de los profesionales.
Neyra, recomienda, en este sentido, “la
integración de las redes de atención, donde el abordaje terapéutico del trastorno mental y del trastorno adictivo sean simultáneos y se realicen por el mismo equipo terapéutico”. “La literatura científica sustenta que el modelo de tratamiento integral es más eficaz, ya que parece aumentar la adhesión al tratamiento ambulatorio, disminuye las hospitalizaciones y reduce los problemas legales y sociales de estos pacientes”, ha precisado.
“A pesar de ello, los psiquiatras deben sensibilizarse y disponer de una formación adecuada que les permita no desconocer esta realidad clínica del uso problemático de alcohol en los pacientes que sufren diferentes enfermedades mentales”, ha concluido Szerman.
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