El impacto que la
pandemia por Covid-19 puede tener sobre la salud mental de los niños y adolescentes según un informe elabrado por la
Plataforma de Asociaciones de Psiquiatría y Psicología Clínica por la Salud Mental de la Infancia. El informe dependerá de factores diversos, como fallecimientos de seres queridos, separaciones de sus cuidadores por causas laborales o de aislamiento obligados por contagio, trastornos mentales de base y vulnerabilidad personal. De hecho, el informe asegura que los menores que peor han pasado
el confinamiento son los de 7 a 12 años.
En la citada encuesta en la que han participado 169 psiquiatras y psicólogos clínicos, promovida por la Plataforma de Asociaciones de Psiquiatría y Psicología Clínica por la Salud Mental de la Infancia y Adolescencia, pone de manifiesto que los menores más vulnerables a los cambios de rutina y/o con necesidades de apoyo social, como son los niños y las niñas con
trastornos del neurodesarrollo de mayor gravedad, o aquellos en situación de violencia intrafamiliar, han sufrido especialmente las consecuencias del confinamiento. También señala que cualquier niño o adolescente puede manifestar transitoriamente síntomas de ansiedad o depresión como consecuencia de la crisis que estamos viviendo. Estos síntomas pueden ser una
respuesta normal y adaptativa a los cambios sufridos.
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Los profesionales de la salud mental constatan que esta situación ha tenido ya consecuencias en las dinámicas sociales, y va a influir en la forma de expresar el malestar emocional y la enfermedad mental, así como en la manera de atenderla, especialmente en grupos vulnerables como son los niños y adolescentes. Por ello, han asumido la responsabilidad de p
rofundizar en el conocimiento de la influencia que esta situación puede tener en la atención sanitaria específica en salud mental que ha de proporcionarse.
La finalidad es aportar orientación, a partir de la evidencia científica y de los estudios de investigación que se están realizando en estos momentos, así como de la experiencia directa de los profesionales en su trabajo diario con los
menores y sus familias que, incluso durante la pandemia y el confinamiento, se ha seguido realizando.
La encuesta de 30 preguntas se ha realizado a 169 psiquiatras y psicólogos clínicos de 30 ciudades españolas diferentes
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Mediante una encuesta de 30 preguntas, realizada a 169 psiquiatras y psicólogos clínicos, de 30 ciudades españolas diferentes, se han valorado aspectos relacionados con la asistencia prestada a menores de edad con problemas de salud mental durante el periodo de confinamiento.
El 84% de los encuestados desarrollan su trabajo principal en dispositivos de atención a la salud mental infanto-juvenil del Sistema Nacional de Salud, atendiendo a una población de entre 7 y 18 años de edad.
Los resultados revelan que el
grupo situado entre 7 y 12 años es el que ha presentado más problemas durante el confinamiento. Los niños con problemas de conducta, trastornos del desarrollo o trastornos de tipo ansioso, así como los pertenecientes a familias en riesgo de exclusión social, han representado los grupos con mayores dificultades.
Ayuda a las tareas escolares y preocupación del coronavirus
La información que las familias han transmitido a los profesionales durante este periodo ha puesto el acento en la
sorpresa por el adecuado comportamiento de sus hijos en general, su tranquilidad por estar juntos con el menor en casa, pudiendo incluso disfrutar de la relación, las dificultades para conciliar el trabajo y la organización familiar,
la ayuda en las tareas escolares y la preocupación, en caso de menores con trastornos del desarrollo, discapacidad o conflictos familiares, ante la disminución de la atención prestada por diferentes
servicios públicos.
Para los menores, el confinamiento ha supuesto tranquilidad por no tener que ir al colegio y estar en casa, aunque señalan las dificultades en la realización de las tareas escolares, el malestar por no poder ver a sus
abuelos o amigos y el mayor tiempo de uso de las “pantallas”.
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En lo que respecta a las preguntas dirigidas a los profesionales sobre la organización asistencial, el 92,3% de los profesionales ha informado del cambio drástico que se ha realizado pasando las consultas presenciales a telefónicas, la supresión de algunos programas asistenciales o cierre de
algunas unidades o centros (24, 9% de profesionales) y el trabajo desde casa (62,7%) como principales sucesos que han afectado a la asistencia. Si bien un 70% de los profesionales encuestados atribuye una menor eficacia a las intervenciones mediante llamadas telefónicas, correo electrónico o videollamada, reconocen que pueden favorecer la accesibilidad a ciertas familias, ayudar a una mejor gestión del tiempo y facilitar la comunicación con los adolescentes, ya que son herramientas de uso habitual entre ellos.
La
Plataforma de Asociaciones de Psiquiatría y Psicología Clínica por la Salud Mental de la Infancia y Adolescencia hace un llamamiento a la sociedad y las administraciones públicas de las repercusiones psíquicas que acompañan a esta pandemia, no olvidando que también es una crisis social y económica con su impacto en la salud mental, y de la necesidad de invertir en
recursos humanos y materiales, incluyendo el cuidado y la promoción de salud mental de los menores y sus familias, con el fin de adecuar nuestro sistema sanitario a sus necesidades.
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