El nombre de
Inés Ibarra-Lecue saltó recientemente a la palestra pública al recibir el
V Premio Santiago Reig para jóvenes investigadores, concedido por el
Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental (Cibersam), por su estudio sobre la
relación entre el consumo de cannabis en la adolescencia y la aparición de psicosis y esquizofrenia. Una investigación que no resultó nada fácil, tal como ella denuncia, por la
ilegalización del propio cannabis que hay en España. Es por ello que, en una entrevista concedida a
Redacción Médica, Ibarra afirma estar a favor de "
una legalización" de la planta, ya que dada la actual situación de ilegalidad "
resulta muy difícil estudiar sus efectos psiquiátricos y sus beneficios terapéuticos".
En esta línea, la investigadora, licenciada en Biotecnología, explica que, a pesar de que su investigación descubrió que los
efectos de una sustancia del cannabis (
THC) provoca unas alteraciones en el cerebro similares a las que se dan con la
esquizofrenia o la
psicosis, esta planta "tiene muchísimos compuestos,
algunos de los cuales tienen utilidad terapéutica. Es más, el cannabis es menos peligroso y tiene
menos efectos secundarios que algunos medicamentos legales".
Es por ello que esta investigadora considera un "
error seguir como hasta ahora", aunque también se muestra en contra de una legalización completa. "Se debería regularizar para el consumo médico y permitir que se investigue con todos los compuestos de la planta. Hoy en día
hay pacientes que la utilizan con fines terapéuticos y se ven
obligados a acudir al mercado negro, con todos los peligros que ello conlleva".
Aplicaciones del descubrimiento
"El cannabis es menos peligroso y tiene menos efectos secundarios que algunos medicamentos legales"
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Ibarra, de 27 años, cursa actualmente su cuarto año de doctorado en la
Universidad de País Vasco, y su publicación premiada forma parte de su tesis doctoral. Sobre la investigación, Ibarra señala que "es el primer paso para investigar las moléculas detectadas y abre la puerta a intentar
revertir las alteraciones del THC".
La biotecnóloga también opina que se abre una vía para "
detectar biomarcadores de riesgo. Todos conocemos a gente que consume cannabis y no llega a desarrollar esquizofrenia. Sería relevante estudiar a quién afecta y a quien no. Los genes tienen mucha influencia en esta enfermedad mental. Sabemos que el compo nente ambiental también influye. Gracias a este estudio sabemos que, además de esos dos factores, en
fases de desarrollo el consumo de esta droga es más peligroso".
En definitiva, para Ibarra la formación es fundamental: "El principal problema es que hay
muy poca información sobre el asunto. No se puede ver el tema de las drogas en blanco y negro".
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