El número total de muertes por suicidio ha aumentado un 6,7 por ciento a nivel mundial entre 1990 y 2016 hasta un total de 817.000 muertes en 2016, según un estudio publicado por 'The BMJ'. Sin embargo, cuando se ajustó por edad, la tasa de mortalidad mundial por suicidio disminuyó en casi un tercio (33 por ciento) en todo el mundo durante el mismo periodo.
En general, los hallazgos muestran que los hombres registran tasas de mortalidad por suicidio más altas que las mujeres, y que las tasas más elevadas tienden a estar vinculadas a niveles más altos de privación social y económica. Pero también concluyen que las tendencias de suicidio varían sustancialmente entre países y entre grupos, lo que refleja una compleja interacción de factores que justifican una mayor investigación, según los autores.
El suicidio es una preocupación mundial de salud pública, con aproximadamente 800.000 muertes anuales. La Organización Mundial de la Salud (OMS) tiene como objetivo reducir la mortalidad por suicidio en un tercio entre 2015 y 2030. Identificar a los que están en mayor riesgo es, según estos investigadores, crucial para determinar los esfuerzos nacionales de prevención.
Por lo tanto, un equipo internacional de investigadores utilizó datos del 'Estudio de la Carga Mundial de la Enfermedad de 2016' para describir los patrones de mortalidad por suicidio y los años de vida perdidos a nivel mundial y regional, y por edad, sexo e índice sociodemográfico (una medida combinada de fertilidad, ingresos y educación) desde 1990 hasta 2016.
La tasa de disminución fue más baja para los hombres que para las mujeres |
El suicidio fue la principal causa de la edad estandarizada de vida perdida en la región de Asia Pacífico de altos ingresos y se encontraba entre las diez principales causas de muerte en Europa oriental, Europa central, Asia Pacífico de alto ingreso, Australasia y las zonas de América del Norte de altos ingresos.
A nivel mundial, las tasas de suicidio fueron más altas para los hombres (15,6 muertes por 100.000 habitantes) que para las mujeres (7 muertes por 100.000), sin embargo, la tasa de disminución fue más baja para los hombres (24 por ciento) que para las mujeres (49 por ciento). Las mujeres también experimentaron tasas más altas que los hombres en la mayoría de los países con un índice sociodemográfico bajo
El suicidio sigue siendo una causa importante de mortalidad en la mayoría de los países del mundo, pero resulta prometedor que tanto la tasa de mortalidad global estandarizada por edad como la tasa de pérdida de vida por suicidio hayan disminuido en un tercio entre 1990 y 2016, escriben los autores. Por eso, creen que merece investigar más a fondo si esta disminución se debe a actividades de prevención del suicidio o si refleja mejoras generales en la salud de la población.
Este es un estudio observacional y los investigadores señalan algunas limitaciones, como la falta de información o la clasificación errónea de la causa de la muerte, especialmente en países con sanciones religiosas y culturales contra el suicidio. Así, señalan que estos resultados podrían ser una subestimación de la verdadera carga.
En conjunto, estos patrones reflejan una compleja interacción de factores, específicos de las regiones y las naciones, dicen los autores. La investigación debe continuar construyendo la base de pruebas para intervenciones efectivas que sean sensibles a los contextos regionales y nacionales para abordar este problema continuo de salud pública, concluyen.