Los
bebés expuestos a la
radiación no ionizante de campos electromagnéticos en el hogar relativamente
fuertes durante la gestción
tienen más probabilidades de desarrollar trastorno por déficit de atención e hiperactividad (
TDAH), según un estudio de cohorte de nacimiento.
En concreto, los niños cuyas madres estuvieron expuestas durante el embarazo a campos de más de
1,3 miligauss (mG) durante actividades normales tenían más del doble de probabilidades de desarrollar TDAH que aquellos expuestos a niveles más bajos, según ha explicado
De-Kun Li, del Kaiser Permanente Northern California en Oakland, y su equipo.
Los bebés expuestos en el útero tenian un mayor riesgo de desarrollar TDAH con comorbilidades relacionadas con el sistema inmune
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La alta exposición se asoció con un mayor riesgo de TDAH que persistió hasta que los niños tenían 12 años o más,
según ha informado el equipo en JAMA Network Open. Además, Li y sus compañeros también notaron que los bebés expuestos en el útero tenían un mayor riesgo de desarrollar TDAH con
comorbilidades relacionadas con el sistema inmune, como
asma o
dermatitis atópica.
En un correo electrónico a
MedPage Today, Li ha señalado que "el hallazgo general de que la alta exposición materna a campos electromagnéticos durante el embarazo está asociada con un mayor riesgo de TDAH en la descendencia, especialmente en un grado más grave, y que
persistió en la adolescencia", es significativo.
Pero ha agregado que el subanálisis del TDAH con comorbilidades relacionadas con el sistema inmune fue
especialmente importante, ya que se sabe que la exposición a campos magnéticos afecta el sistema inmunitario. "El
hallazgo más notable es que esta asociación
está presente en gran medida entre un subconjunto de TDAH que tiene una etiología relacionada con el sistema inmune", ha asegurado.
Durante el embarazo, un momento crucial para el desarrollo cerebral de un bebé, el feto es susceptible a los riesgos ambientales que pueden afectar los
comportamientos neurológicos a largo plazo. Los campos magnéticos, un factor de riesgo no químico para el TDAH que se emite desde electrodomésticos, líneas eléctricas y dispositivos y redes inalámbricas, es un riesgo aún por examinar, ha agregado el equipo.
Los investigadores siguieron a los niños durante 20 años
Los investigadores analizaron la exposición a campos electromagnéticos en una cohorte formada por participantes de dos estudios previos con la misma metodología, que tuvieron lugar entre 1996 y 1998, y entre 2006 y 2012.
Los investigadores midieron la exposición pidiendo a las mujeres embarazadas que usasen un medidor de monitoreo durante 24 horas durante su primer o segundo trimestre. Además, se realizaron entrevistas en persona para evaluar los factores de riesgo de TDAH y posibles factores de confusión. La alta exposición a campos electromagnéticos se definió como 1.3 mG o más, y las mujeres embarazadas se separaron en dos categorías:
exposición alta y
baja.
Los investigadores siguieron a los niños desde 1997 hasta 2017
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Los niños fueron seguidos desde mayo de 1997 hasta diciembre de 2017, hasta que cumplieron 20 años. Se consideró que los niños tenían TDAH si tenían dos o más diagnósticos del trastorno con al menos un año de diferencia.
Los investigadores también ajustaron los p
osibles factores de confusión que podrían ser factores de riesgo para el TDAH, como la edad materna y el origen étnico; el nivel educacional; tabaquismo prenatal y consumo de alcohol; índice de masa corporal antes del embarazo; sexo de la descendencia; y características sociodemográficas.
Según los investigadores, las limitaciones del estudio incluyeron posibles
informes imprecisos sobre la exposición materna a la radiación no ionizante de campos electromagnéticos y, dado que el equipo no pudo pedir a las mujeres que usaran
dispositivos de monitoreo durante todo el embarazo, el cálculo se realizó utilizando una
medición de 24 horas..
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