La
depresión es una
enfermedad cerebral de origen multifactorial, pero ¿hasta qué punto llega a desarrollarse con los años o ya forma parte de la genética de una persona? El
XXI Seminario Lundbeck, ‘
La depresión, ¿nace o se hace?’, ha constatado que determinados
rasgos de personalidad se asocian a una mayor
predisposición a sufrir la enfermedad, pero que no se trata de una patología hereditaria.
“La información en salud mental es fundamental" ha destacado
Eva Perea, directora de la Unidad CNS de
Lundbeck Iberia, quien ha puesto el foco en la vulnerabilidad genética, las alteraciones hormonales y la inflamación como los determinantes biológicos que generan la depresión”. La conferencia inaugural del seminario, tal y como ha explicado Perea, ha tratado la interrelación de
factores biológicos, psicológicos y sociales.
Otro de los pilares que se han destacado durante la jornada han sido los factores modificables que pueden generar depresión, tal y como ha expuesto Perea: “La soledad aumenta hasta cinco veces la posibilidad de sufrir la enfermedad, mientras que la prevalencia de trastornos por
uso de sustancias en personas con depresión se sitúa en un 25 por ciento. Sin ir más lejos, la mayor comorbilidad se da con el
alcohol”.
Predisposición genética y hormonas ligadas a depresión
José Manuel Montes, jefe de Sección de Psiquiatría de Hospital Universitario Ramón y Cajal, ha analizado la interrelación de
factores biológicos,
psicológicos y
sociales que marcan el riesgo de generar depresión: “La enfermedad se manifiesta como una
combinación de tres dominios y es un conjunto de otros síntomas ligados al
plano emocional, cognitivo y físico. Los más preocupantes son los cognitivos, generando problemas de memoria, pérdida de concentración, etc. Existen también síntomas incluso físicos y que nada tienen que ver con el plano emocional, como el hecho de tener más sensibilidad al dolor”.
La
disminución de la sustancia gris en el cerebro provoca, en palabras del especialista, “que las neuronas vayan podando sus conexiones y que no funcionen adecuadamente. Cuando se produce una
disgregación que se extiende a las emociones, este factor se traduce en alteraciones del pensamiento y la conducta para generar toda una constelación de síntomas. Esta consecuencia se extiende por el resto del organismo, provocando que algunas personas pierdan la capacidad de moverse debido a una depresión”.
Para llegar a la situación de sufrir depresión, el especialista ha dejado claro que debe existir siempre un impacto que afecte directamente al cerebro: “No necesariamente tiene que ser un golpe físico, sino que los
acontecimientos vitales generan estrés y también son una manera de enfermar al cerebro”.
"Acontecimientos vitales generan estrés y también son una manera de enfermar al cerebro"
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El psiquiatra ha defendido que el principal factor biológico implicado en la depresión “es la
predisposición genética, que no es necesariamente determinante para su desarrollo”. Por otra parte, Montes ha remarcado que las
situaciones hormonales llegan a sufrir alteraciones, produciendo por ejemplo la depresión posparto: “Las mujeres sufren una caída hormonal durante este periodo, mientras que durante el
embarazo existe una modulación positiva. El entramado de circuitos que las personas tienen, junto con la creación de un propio estilo cognitivo, delimita el modelo biopsicosocial de las personas, teniendo más o menos predisposición genética a sufrir depresión”.
Sucesos vitales agudos fomentan episodios de depresión
Existen
factores biológicos que afectan directamente a la depresión, y el especialista ha recordado que “en la genética no hay un único gen responsable, sino que lo es la interacción de diversos genes, al igual que la mayoría de enfermedades genéticas”. Por otra parte, otro factor biológico destacado por el especialista es la inflamación, provocada por “la liberación de sustancias que provocan el fallo del sistema inmunitario y genere otras patologías”.
La depresión es desencadenada por un
factor estresante, por lo que Montes ha marcado los
condicionantes sociales como un elemento capital a tener en cuenta: “Existen sucesos vitales agudos previos al inicio del primer episodio de depresión, como estrés crónico por desempleo, una separación, insatisfacción sostenida, enfermedad crónica o traumas tempranos como abusos”.
"Existen sucesos vitales agudos previos al inicio del primer episodio de depresión"
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Los
factores psicológicos también son protagonistas a la hora de desarrollar la enfermedad, debido a que, según el psiquiatra, “los circuitos cerebrales están desarrollados de tal forma que configuran la manera de ser de las personas, generando un esquema de pensamiento. El 50 por ciento es genético y la otra mitad es aprendizaje, modulado por el ambiente, generando una forma de pensar concreta”.
La Psiquiatría está logrando prevenir y cronificar la depresión, y el especialista ha remarcado los avances que está logrando la
epigenética, “investigando cómo expresar los genes que pudieran ser protectores frente a la depresión y rebajando los que están activos y fomentan la enfermedad. Pese a ello,
la actuación genética aún es limitada”. Otro de los escenarios en los que el psiquiatra pide actuar es sobre los factores que inciden en la depresión: “Se puede prevenir el estrés y aprender a manejarlo con un cambio de estilo cognitivo, mejorar las condiciones de vida y evitar las drogas”.
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