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"La recuperación funcional, en el centro del tratamiento de la depresión"

El abordaje de la enfermedad ha cambiado mucho a lo largo de las tres últimas décadas

Víctor Pérez Sola, médico y director del Instituto de Neuropsiquiatría y Adicciones (INAD) del Hospital del Mar

21 mar 2019. 15.30H
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La depresión es una de las enfermedades que presenta más desafíos en cuanto al diagnóstico y la detección para los profesionales sanitarios. Sin embargo, en los últimos años se han hecho numerosos esfuerzos para avanzar en este sentido, aunque todavía hay retos a superar. Víctor Pérez Sola, médico y director del Instituto de Neuropsiquiatría y Adicciones (INAD) del Hospital del Mar, ha apuntado a Redacción Médica cuáles son los principales tratamientos contra la enfermedad y hacia dónde se dirige la investigación de la misma.

¿Cuáles son los principales desafíos a los que se enfrenta el profesional sanitario a la hora de abordar la depresión?

La depresión sigue siendo una enfermedad con una alta prevalencia y la segunda causa de discapacidad en el mundo. Es una patología muy estigmatizante y no todos los profesionales están bien formados para detectarla. Por lo tanto, los principales desafíos son el diagnóstico y la detección para que la calidad de vida del enfermo mejore; contar con fármacos más rápidos y eficaces que traten todo tipo de sintomatología; evitar complicaciones, disminuyendo los riesgos de los enfermos con depresión: bajas laborales, presentismo y, la más grave, el riesgo de suicido; y conseguir que los enfermos recuperen la funcionalidad.

¿Cómo ha cambiado el abordaje clínico en los últimos años?

En los últimos 30 años hemos contado con fármacos eficaces y bien tolerados. Son más fáciles de utilizar, de modo que el profesional de Atención Primaria puede recurrir a ellos, lo que es esencial ya que AP desempeña un papel clave en el diagnóstico y detección de la depresión. Además de los fármacos, contamos también con la psicoterapia, cuya eficacia está respaldada por los datos. Sin duda, lo que mejor funciona es la combinación de tratamiento farmacológico y psicoterapia.

¿Cómo se integra el diagnóstico y tratamiento de los síntomas cognitivos en el plan terapéutico de un paciente con depresión?

Los síntomas cognitivos siempre han sido una parte nuclear de la sintomatología depresiva pero se les daba menos importancia que a otros síntomas afectivos. Están presentes en los criterios diagnósticos y en los últimos años hay fármacos que han estudiado su eficacia sobre ellos.

La recuperación del enfermo llega más tarde si presenta síntomas cognitivos y, además, estos son responsables de que los enfermos recaigan por una respuesta parcial. Los síntomas cognitivos son de los más resistentes al tratamiento y contribuyen a una peor calidad de vida, con especial énfasis en el plano laboral.

En los últimos años, los síntomas cognitivos están muy presentes en la valoración por parte de los clínicos y se evalúan desde el principio del tratamiento.

¿Se ha avanzado en el objetivo de recuperación funcional como objetivo terapéutico del tratamiento?

El diagnóstico precoz y certero, la evaluación de los síntomas y el tratamiento son ejes fundamentales para el correcto abordaje de la depresión pero en el núcleo está la recuperación funcional del paciente.

Los médicos perseguimos muchas veces que los síntomas de la depresión desaparezcan pero los pacientes quieren otras cosas del tratamiento antidepresivo: recuperar la agilidad mental que tenían antes y que les permita trabajar, volver a estar con la familia, sentirse felices, volver a hacer una vida normal.

En los últimos años, el objetivo de la recuperación funcional se ha puesto en el centro de la diana.

¿Qué necesidades no cubiertas existen a día de hoy en depresión?

En el tratamiento de la depresión hay muchas necesidades no cubiertas. Una, disponer de un buen biomarcador que facilite el diagnostico, que sigue siendo clínico, con falsos positivos y negativos. Dos, disminuir el estigma, que la depresión deje de verse como una debilidad. Tres, mejorar las estrategias de diagnóstico y detección precoz: que la población tenga muy claro lo que es una depresión, que cuando tenga síntomas busque ayuda, porque 1 de cada 10 hombres y 1 cada 5 mujeres tendrá depresión a lo largo de la vida.

Por otro lado, es necesario contar con tratamientos más rápidos y eficaces especialmente en aquellos síntomas "olvidados" durante mucho tiempo como los cognitivos. Actualmente, la tasa de eficacia del tratamiento antidepresivo alcanza al 50-60 por ciento de los pacientes. Queda todavía un 40 por ciento restante al que hay que dar respuesta. Además, hasta un 15 por ciento de enfermos con repetidos tratamientos no van a mejorar.

¿Hacia dónde se dirige la investigación en esta enfermedad mental tan prevalente?

Por un lado, hacia la búsqueda de biomarcadores que ayuden a detectar y monitorizar la depresión. Por otro, hacia tratamientos más eficaces, tanto en psicoterapia –saber cuáles son de mayor utilidad, con datos sólidos- como en fármacos más rápidos y eficaces.



 

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