"En el campo de investigación en TDAH, España está a nivel medio-alto. Actualmente se publican estudios nacionales en revistas de alto impacto", asegura a Redacción Médica el jefe de Sección de Psiquiatría Infanto-Juvenil del Hospital de Zaragoza, Pedro Ruiz. "En la última década ha habido un cambio importante, tanto en la detección y diagnóstico como en el tratamiento del trastorno".
Esta revolución se debe principalmente a que "los profesionales están cada vez más preparados, más sensibilizados y hay mayor labor de divulgación. Además, también contamos con tratamientos farmacológicos alternativos. Antes solo teníamos el metilfenidato de acción inmediata -comercializado en España desde 1981- y los pacientes tenían que viajar hasta Andorra para comprar pemolina magnésica. No había más. Ahora tenemos varios tipos de metilfenidato con diferentes galénicas, anfetamina… medicamentos muy eficaces con los que llegamos a cubrir, en los síntomas nucleares, el 80-85 por ciento de los pacientes".
Sin embargo, aunque "hemos mejorado espectacularmente" y "nos tenemos nada que envidiar a otros países en cuanto al conocimiento del TDAH", el especialista recalca que "siguen faltando recursos. Tenemos una sanidad pública excelente, pero existen áreas deficitarias como por ejemplo la atención a los niños-adolescentes en Salud Mental. Aún hay comunidades con muy pocos recursos y una red insuficiente".
Un ejemplo es Aragón, que el psiquiatra conoce de primera mano: "El ratio de psiquiatras es insuficiente, al igual que el de psicólogos o enfermeros, como se ha visto en todas las auditorías que se han hecho de los recursos en Salud Mental. En esta especialidad se necesita tiempo para atender a los pacientes y estar más liberados de carga asistencial".
Reconocer la especialidad de Psiquiatría
Al mismo tiempo, a nivel estatal, "es fundamental que por fin se reconozca el área de Psiquiatría del niño-adolescente, ya que nos encontramos en un periodo de transición por una sentencia del Supremo, y de esta manera los profesionales estén adecuadamente formados y tengan una especialidad específica propia, con habilidades terapéuticas específicas".
Pedro Ruiz hace especial hincapié en esa franja de edad porque "los pediatras dejan de ver a los pacientes con TDAH cuando tienen 14 años, con lo que es una población que se queda desprotegida. Tenemos que focalizar nuestra atención en ese punto y en la transición a la vida adulta. Aunque cada vez hay mayor formación, el objetivo es seguir trabajando en divulgar y formar acerca del TDAH en el adulto".
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