Odiado por algunos y amado por otros, finalmente los españoles hemos adoptado el americano ‘Black Friday’, uno de los días en los que más ingresan los comercios de todo el mundo y en el que cientos de compradores ‘funden’ sus tarjetas de crédito. Hasta los sanitarios se pueden volver ‘locos’ con los precios que se ofrecen estos días para productos que sirven para su quehacer diario.
Solo hay que dar una vuelta rápida por Amazon y otros sites de compras para comprobar que médicos, enfermeros, farmacéuticos y cualquier otro profesional de la salud pueden blackfridear’y encontrar múltiples ofertas de productos sanitarios. Por ejemplo, un tensión de brazo digital por 48 euros, 81 menos que en su precio original.
También es posible actualizar el arsenal de diagnóstico y adquirir termómetros digitales por infrarrojos a la mitad de su precio anterior al ‘Black Friday’, o adquirir un estetoscopio de repuesto por menos de lo que cuesta un menú del día en la cafetería del hospital.
Incluso puede renovar su vestuario. Hay batas blancas para médicos, enfermeras y farmacéuticos de todos los tipos y colores (con descuentos por encima del 50 por ciento). Y no faltan los clásico zuecos para recorrer los interminables pasillos del hospital.
Trastorno de compra compulsiva, un mal del siglo XXI
El filósofo Zygmunt Bauman definía el consumismo como la economía del engaño. Engaño o no, lo cierto es que el trastorno de compra compulsiva (TCC) es un problema cada vez más arraigado en la sociedad. Conviene recordar en estas fechas de 'Black Friday', 'Cyber Monday' y compras navideñas que, según los últimos datos disponibles, entre el seis y el ocho por ciento de la población padece este trastorno.
Francisco Ferre, jefe de Psiquiatría del Hospital General Universitario Gregorio Marañon de Madrid, explica que los afectados son personas que experimentan episodios recurrentes de pérdida de control en su conducta compradora que conlleva marcado malestar e incluso problemas familiares, sociolaborales, legales o financieros.
"Los síntomas de los pacientes de TCC son similares a los de un adicto. Saben que su conducta no es adecuada, ni les va a traer ningún beneficio más allá de una satisfacción inicial", afirma Ferre, que hace hincapié en que comprar compulsivamente es la expresión conductual de un estado psíquico alterado que subyace.
La patología dual en las adicciones comportamentales es la norma, no la excepción: "la depresión, la ansiedad y el trastorno obsesivo compulsivo son los más frecuentes". También señala que el TCC es "llamativamente frecuente" en mujeres con trastorno de la conducta alimentaria, "especialmente la bulimia y el trastorno por atracón".
Respecto al tratamiento al que se deben someter estos pacientes, el psiquiatra recomienda tres vías de actuación: "En primer lugar hay que tratar el trastorno psiquiátrico que subyace, a continuación es necesario un tratamiento psicoterapéutico de tipo cognitivo conductual y por último la incorporación a un grupo de autoayuda".
Ferre aboga por aumentar la concienciación entre los médicos para detectar este trastorno y considera que "se debe avanzar en el diseño de tratamientos protocolizados combinados de psicofármacos y psicoterapia que puedan ser complementarios al tratamiento del trastorno mental subyacente".
El papel de internet en la adicción a las compras
Internet permite comprar a cualquier hora del día, de forma anónima, cómoda y usando la forma de pago que más se desee. ¿Influyen negativamente estos factores en los pacientes de TCC?
"Hasta ahora hay poca investigación recogida sobre compra compulsiva en internet pero sí estimo que el aumento de esta patología en la sociedad se debe a las compras online. Además, está constatado que comprar sin ser observado, evitar la interacción social, la presencia ilimitada de la oferta en internet y la posibilidad de satisfacer inmediatamente la urgencia por comprar condicionan la compra patológica", sentencia Ferre al respecto.
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