Las consultas oftalmológicas de pacientes con problemas de superficie ocular han aumentando alrededor de un 30 por ciento debido a la erupción del
volcán de La Palma.
Así lo destaca
José Alberto Muiños, director médico de
Miranza Clínica Muiños, referente de bienestar ocular en
Canarias, que cuenta con una clínica en
Santa Cruz de Tenerife y centros de consultas en
Los Cristianos y
Los Llanos de Aridane, una de las zonas afectadas por una de las bocas del
Cumbre Vieja.
Según Muiños, “los pacientes con
ojo seco, un problema muy común entre la población, son uno de los colectivos que más está notando los efectos del volcán de La Palma sobre la salud ocular”.
La
película lagrimal actúa como protección y, cuando existe un déficit de lágrima o esta es de mala calidad, el ojo es más vulnerable ante la irritación provocada por las
cenizas y gases tóxicos.
Lo mismo ocurre en personas con
alergias oculares previas, también frecuentes en Canarias debido a los
ácaros del polvo: “A la inflamación de base de los pacientes con conjuntivitis alérgicas, se suma la derivada del volcán, incrementándose el
enrojecimiento ocular, las secreciones mucosas y molestias como sensación de cuerpo extraño, quemazón, escozor, lagrimeo, etc.”, aclara el especialista de
Miranza Clínica Muiños. Además, añade que también han aparecido casos de
conjuntivitis irritativas, directamente relacionadas con las emanaciones volcánicas.
Erosiones corneales por partículas del volcán de La Palma
Otro motivo de visita al oftalmólogo a raíz de la erupción del volcán de La Palma es la presencia de erosiones corneales, teniendo en cuenta que el
material piroclástico puede ser muy abrasivo al entrar en contacto con los ojos, sobre todo en días de vientos fuertes.
Muiños explica que “la
córnea es un tejido muy sensible, con una densidad de terminaciones nerviosas hasta 300 veces superior que la de la piel, por lo que incluso pequeños rasguños pueden resultar muy dolorosos”.
Las lágrimas artificiales, una buena alternativa
Para cuidar la salud ocular en el entorno del volcán de La Palma, “la principal recomendación es el
uso de lágrimas artificiales (preferiblemente sin conservantes), o en su defecto,
suero fisiológico, que también limpia el ojo, pero no lo hidrata”.
En caso de que cualquier partícula entre en el ojo, si no es suficiente con aplicar lágrima o suero para ayudar a arrastrarla, “hemos de
lavar con agua abundante, sin ejercer presión sobre el globo ocular, y nunca frotar el ojo, ya que podría agravar la herida”.
Además,
es importante no descuidar la visita al oftalmólogo, quien se asegurará de la partícula haya sido completamente eliminada y no haya producido ninguna infección u otras complicaciones”.
Atención al uso de lentes de contacto
Por último, las personas usuarias de lentes de contacto también deben ser especialmente cuidadosas y
prescindir de llevarlas, en la medida de lo posible,
mientras dure la erupción del volcán de La Palma. “Las lentillas pueden dañarse o ensuciarse con mayor facilidad, además de retener partículas y dificultar que la córnea “respire” y se oxigene, aumentando la irritación y molestias”, concluyen desde
Miranza Clínica Muiños.
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