Con motivo del
Día Internacional de la Ataxia que se celebra el día 25 de septiembre, expertos de Irenea, Instituto de Rehabilitación Neurológica de Vithas, han hecho hincapié en la necesidad de abordar este
trastorno neurológico desde una perspectiva integral, que incluya el apoyo psicológico ya que, aunque afecta principalmente a la coordinación motora y al equilibrio, sus efectos se extienden más allá de lo físico, generando importantes impactos emocionales.
Según la directora clínica de Irenea,
Carolina Colomer, “los pacientes atendidos en Vithas Valencia Consuelo con ataxia suelen presentar, como síntomas más frecuentes, la
pérdida de destreza, torpeza, temblor y dificultades de manipulación, inestabilidad y desequilibrio, tanto estando de pie como durante la marcha. Así como dificultades para alcanzar y manipular objetos o escribir, si los músculos afectados son los del miembro superior e, incluso, problemas de fijación visual o trastornos de la deglución o el habla”.
La ataxia, en muchas ocasiones, se manifiesta como una de las
secuelas más prominentes del ictus y a pesar de que su tratamiento se suele centrar en la fisioterapia para
mejorar la coordinación y la movilidad, en la terapia ocupacional para impulsar la autonomía en las actividades diarias y en la logopedia para abordar dificultades en el habla y la deglución, los expertos en rehabilitación neurológica de Vithas consideran, también fundamental para su rehabilitación, su abordaje desde una perspectiva psicológica.
Programa intensivo y abordaje multidisciplinar
Concretamente, para su tratamiento, este grupo sanitario cuenta con un
programa intensivo de ataxia que consta de una valoración para conocer de forma detallada el patrón clínico de cada paciente y de un
abordaje multidisciplinar de cuatro semanas dirigido a mejorar problemas de coordinación, equilibrio y destreza manual. Al que se sumaría, siempre que fuera necesario, una
atención psicológica con la finalidad de mejorar la calidad de vida de estos pacientes.
De hecho, según enfatiza el director general de Irenea,
Joan Ferri, "como la mayoría de las personas que sufren este tipo de trastorno neurológico experimentan
episodios de estrés, ansiedad e incluso depresión, debido a las limitaciones tanto físicas como emocionales que esta afección conlleva, a través de nuestras terapias, también procuramos reducir la ansiedad y promover la resiliencia, les ayudamos a mantener una actitud positiva y les brindamos diferentes técnicas que mejoren su bienestar".
Según la Federación de Ataxias de España, este síndrome neurológico podría afectar a
más de 25.000 personas en España -tanto por causas genéticas como adquiridas-, la mayoría son progresivas y pueden llegar a ser altamente discapacitantes.
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