En los últimos años, los
médicos se encuentran ante una nutrida
oferta en el
campo asegurador, en todos los ámbitos; además de los más comunes, contratan aquellos que están específicamente diseñados para su profesión, como los de
responsabilidad civil sanitaria, baja laboral o incapacidad profesional. Hablamos sobre los pormenores del aseguramiento de los profesionales de la Sanidad con
Gabriel Jesús Núñez, director general de la
correduría de seguros Uniteco Profesional.
¿Cuáles son los seguros más demandados por los médicos?
Como cualquier persona, el médico necesita protegerse en todos los ámbitos de su vida. En el entorno personal, no hay prácticamente diferencias con respecto al resto de la población porque siempre habrá una casa, un coche o cualquier otro bien que asegurar, siendo la oferta muy amplia en estos casos.
En el plano laboral, sí necesitan de la contratación de seguros específicamente diseñados para afrontar su trabajo con ciertas garantías. Así, la responsabilidad civil profesional protege sus patrimonios ante indemnizaciones a las que no pueden hacer frente, posibilidad cada vez más real debido al incremento paulatino de las reclamaciones que reciben por parte de sus pacientes. También contratan los seguros de baja laboral, muy apropiados para aquellos profesionales que no disponen de un subsidio que cubra sus ingresos ante una baja médica.
Si hubiera que elegir, ¿cuál sería el seguro al que no se podría renunciar?
Como he indicado anteriormente, el más necesario es aquél que le permita cubrir sus gastos ante un infortunio que pueda acontecer en su vida personal o profesional.
"El profesional debe contar con un buen seguro de responsabilidad civil sanitaria. Las reclamaciones millonarias están a la orden del día, y no conviene arriesgar con un seguro mediocre"
|
En lo personal, siempre hay que contar con un buen seguro de vida. Apenas se le suele prestar atención, pero ante una eventualidad grave, como es el fallecimiento, la incapacidad laboral o la invalidez, ni la Seguridad Social ni el RETA podrán cubrir todos los gastos necesarios para que sus familias o ellos mismos puedan mantener sus niveles de vida.
En lo profesional, la elección es clara: hay que contar con un buen seguro de responsabilidad civil sanitaria. En la contratación de este producto no se puede escatimar en gastos, quitando coberturas o minimizando garantías: las reclamaciones millonarias están a la orden del día en nuestro país, por lo que no es conveniente jugar a la ruleta rusa con un seguro mediocre.
En cuanto a la contratación, ¿qué aporta una correduría al intermediar los seguros? ¿No sería más barato contratarlo directamente?
La cuestión del precio siempre es controvertida, pero puedo decirle que un seguro no es más caro porque lo medie un corredor. Al contrario, puede ser incluso más económico, siempre dependiendo de tu capacidad negociadora, claro.
La principal propuesta de valor de una correduría para sus clientes reside, precisamente, en la intermediación. Y no solo trabajamos para conseguir el mejor precio.
Nuestra ventaja principal es que podemos especializarnos. Las compañías de seguros no suelen ofrecer productos de nicho ya que necesitan mucha masa crítica para afrontar los riesgos de sus clientes a través de sus aportaciones. Por resumirlo mucho, las aseguradoras cubren riesgos, las corredurías cubrimos a las personas.
En este sentido, nuestra misión fundamental como mediadores es la defensa del asegurado. Como correduría, siempre buscamos el interés de nuestro cliente. En los casos en los que haya un conflicto en la interpretación del condicionado, o un retraso en una asistencia, siempre hacemos el seguimiento del siniestro en beneficio del cliente. Nuestra labor fundamental es que éste se olvide y delegue en nosotros todas las gestiones para agilizar la resolución del problema y la vuelta a la normalidad.
¿Y qué aportan en concreto como corredores en responsabilidad civil profesional?
Es uno de los seguros en los que llevamos más tiempo trabajando, junto al de vida. De hecho, fuimos quienes lo creamos en España hace ya 50 años.
El origen de este seguro partió de una petición de un médico. Este hecho, prácticamente casual, ha sido precisamente el denominador común en la evolución de este seguro. Desde entonces, cualquier mejora o nueva cobertura, se ha basado en lo que nos pedía la profesión médica, sus circunstancias y sus vivencias. Lógicamente, la experiencia nos ha permitido también adelantarnos e ir desarrollando nuevas coberturas ante riesgos incipientes, que han ido convirtiéndose en tendencias para acabar consolidándose en riesgos ciertos y habituales.
Además, nuestra experiencia nos permite gestionar los siniestros de forma directa y más ágil que una compañía, con lo que los principales beneficiarios son los médicos que han confiado en nosotros.
Hablando de su historia, ¿cómo eran los seguros de responsabilidad civil hace, por ejemplo, 20 años?
En estos últimos 20 años han cambiado muchas cosas. Una de ellas ha sido la
relación médico-paciente. Desde 2002, disponemos de la Ley de Autonomía del Paciente, que ha empoderado a los usuarios de la Sanidad y ha puesto negro sobre blanco muchas de las obligaciones que ya tenían los médicos.
Hace dos décadas comenzábamos a ver siniestros importantes, pero no estaban tan extendidos como hoy día. Las reclamaciones por supuestas negligencias existían, pero eran contadas. Por supuesto, las cuantías que se pedían no tenían nada que ver con lo que vemos ahora. En cuanto a las
agresiones a profesionales sanitarios, eran muy ocasionales. En estos días, es una lacra contra la que tenemos que luchar.
Aunque pueda contener afirmaciones, datos o apuntes procedentes de instituciones o profesionales sanitarios, la información contenida en Redacción Médica está editada y elaborada por periodistas. Recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.