Con la llegada del verano, las
horas de exposición al sol aumentan considerablemente con respecto a otras épocas del año. A pesar de que la protección solar debe ser un hábito durante todo el año, en el estío este cuidado debe reforzarse más para evitar problemas derivados como las
quemaduras, la aparición de arrugas e incluso, el
cáncer de piel.
El
uso regular de fotoprotectores solares, que deben ser acordes a cada tipo de piel, es algo imprescindible en esta época del año. Pero hay muchas otras claves para cuidar de la piel en los meses de calor. “En verano hay que prestar especial atención a la prevención de las quemaduras solares, que pueden derivar en graves problemas de salud, especialmente si estamos expuestos al sol en las horas centrales del día. Para ello, es necesario estar protegidos con medidas físicas, como
prendas de vestir que eviten la incidencia directa del sol en la piel. La utilización de gorras, sombreros o camisetas de licra si estamos en la playa, ayudarán a cubrir zonas del cuerpo que sufren quemaduras con facilidad dada su exposición directa a la radiación solar”, explica
Rosa Rouco, del Servicio de Medicina Interna del Hospital Sanitas CIMA.
Para evitar las temidas quemaduras, las prendas con tejidos de algodón, hilo, lino y la ropa suelta son las más indicadas. También el tejido vaquero, aunque más caluroso, posee un alto grado de protección solar, o en el caso de las actividades físicas al aire libre son muy útiles las camisetas deportivas bicapa. Lo más importante, además de elegir el tejido adecuado, es
cubrir totalmente la zona del cuerpo que vaya a estar expuesta al sol.
En cuanto a la
nutrición, para cuidar de la piel en esta época del año es necesario que la alimentación diaria tenga el aporte suficiente de vitaminas, minerales y antioxidantes. Además, la subida de las temperaturas incrementa la deshidratación de la piel, por lo que es conveniente
incrementar la ingesta de agua o recurrir a los vaporizadores de agua termal para refrescar e hidratar la piel cuando la notemos algo más seca.
Los fotoprotectores
A pesar de no ser la única forma de cuidar la piel, los fotoprotectores son el complemento necesario a todo el resto de las medidas protectoras.
Elegir una crema solar adecuada a nuestras necesidades hará que la protección sea la idónea para el tipo de piel de cada persona.
“En cuanto a la fotoprotección, disponemos en el mercado de una amplia gama de productos, fotoprotectores con filtros físicos o químicos, muchas veces mezcla de ambos, que se adaptan al tipo de piel de cada paciente”, explica
Cristina Villegas, jefa de Dermatología del Hospital Universitario Sanitas La Moraleja.
Aplicar este tipo de lociones
de forma regular a lo largo de la jornada, no solo antes de salir de casa, es la mejor forma de evitar problemas cutáneos derivados de la radiación solar. Para la exposición de la piel en los meses de verano, se recomienda utilizar filtros solares con FP 50. Existen filtros adecuados para cada tipo de piel (seca, grasa, reactiva, infantil…), así como adaptados a las necesidades individuales de cada paciente en función de la edad, sexo, historia clínica previa de cáncer de piel o incluso preferencias cosméticas.
Si a pesar de haber cumplido con todas las recomendaciones para el cuidado de la piel se detectan irregularidades o variaciones, lo mejor es
acudir al dermatólogo para que compruebe si se trata de lesiones cutáneas benignas o si, por el contrario, alguna de estas manchas puede estar experimentando algún cambio que se deba corregir.
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