El Hospital Ruber Internacional es el primer hospital privado de Madrid que dispone de un sistema de detección del ganglio centinela por endoscopia fluorescente en casos de cáncer de cuello de útero y endometrio.
El cáncer de cuello de útero y endometrio son los más frecuentes en el aparato genital femenino. El cáncer de cuello de útero está relacionado con la infección de distintos tipos del virus del papiloma humano, el screnning citológico y la detección temprana de la infección vírica junto a la vacunación de las niñas está disminuyendo su incidencia, por el contrario el cáncer de endometrio se ha convertido en el cáncer genital más frecuente, en la mayoría de los casos se presenta en pacientes después de la menopausia con factores de riesgo como sobrepeso, hipertensión y diabetes, el síntoma más frecuente es el sangrado genital después de la menopausia, su consulta inmediata favorece el diagnostico en estadios precoces y por tanto las posibilidades de curación.
Rafael Jiménez Ruiz, jefe de uno de los equipos de Ginecología, Obstetricia y Reproducción Asistida del Hospital Ruber Internacional de Madrid, explica las ventajas en el tratamiento quirúrgico del cáncer ginecológico con este sistema, “se basa en la detección de los primeros ganglios linfáticos, llamados centinelas, hacia donde drena el tumor, permitiendo realizar una biopsia selectiva de éstos y analizarlos intraoperatoriamente y en caso de resultar negativos, no extirpar el resto de la cadena ganglionar, reduciendo la agresividad de la cirugía y por tanto sus complicaciones y secuelas”.
La detección del ganglio centinela forma parte del tratamiento quirúrgico del cáncer de mama desde hace muchos años. En los casos de cáncer de cuello de útero y endometrio existe cada día más evidencia científica acerca de su utilidad, sobre todo en estadios precoces, donde la incidencia de afectación ganglionar es baja.
“La inyección de un colorante en el útero con capacidad fluorescente a la luz en el espectro infrarrojo, como el verde de indocianina, que se administra en el mismo acto quirúrgico, sin requerir pruebas de imagen en las horas previas y la utilización de una cámara endoscópica con técnica de fluorescencia, permite la detección de los ganglios centinelas en este tipo de cáncer y por tanto su extirpación selectiva y análisis intraoperatorio.
Es un gran paso en el manejo del cáncer de endometrio y cuello de útero, pues la nueva técnica permite conocer si existen metástasis ganglionares regionales sin necesidad de realizar una linfadenectomía pélvica y aorto-cava completas. “El procedimiento del ganglio centinela se convierte en un instrumento atractivo para seleccionar a aquellos pacientes que realmente se van a beneficiar de una linfadenectomía sin asumir riesgos innecesarios”, asegura Jiménez.
Según el experto, “este sistema permite realizar una cirugía más precisa, más conservadora y con menos secuelas; extirpando solo los ganglios con más posibilidades de estar afectados que se pueden estudiar intraoperatoriamente y tomar decisiones en el propio quirófano sobre el tipo de cirugía a realizar en cada caso”.
Conocer la afectación ganglionar en el cáncer de cuello del útero y endometrio es fundamental para establecer un pronóstico y determinar los tratamientos complementarios adecuados. No existe actualmente ningún método no invasivo para establecer con seguridad esta afectación ganglionar preoperatoriamente.
“Esta circunstancia obligaba a realizar disecciones quirúrgicas ganglionares amplias para determinarlo, no exentas de complicaciones intra-operatorias y secuelas a largo plazo, pero con el avance de este sistema y la experiencia quirúrgica, cada día somos más conservadores en el tratamiento quirúrgico de estos tipos de cáncer”, concluye Rafael Jiménez.
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