Detectar un
tumor cuando apenas empieza a formarse. La
mamografía con contraste de los hospitales del grupo sanitario
Ribera es tan precisa que permite detectar la red de vasos que se forma en el inicio de un tumor. De esta forma, especialistas con una dilatada experiencia en las patologías de la mama, como
Julia Camps, jefa corporativa de su
Área de la Mama, pueden diagnosticar la formación de un tumor incluso cuando este apenas ha comenzado a crecer, y adelantar así la toma de decisiones clínicas y el plan terapéutico para la paciente. “El diagnóstico precoz es clave para conseguir los mejores resultados en el tratamiento de cada paciente”, asegura la experta.
“La mamografía con contraste es una
técnica muy nueva, que consiste en inyectar contraste yodado a la paciente y permite
poner en evidencia tumores que en la mamografía normal pasarían desapercibidos, porque se superponen las estructuras y muchos tumores se esconden”, detalla Julia Camps.
Tras dos años y medio de aplicación de esta técnica diagnóstica en el H
ospital Universitario de Torrejón, y algo más de dos años en el
Hospital Universitario de Vinalopó, “los resultados del uso de la mamografía con contraste son muy buenos, sobre todo en los casos de las pacientes con un
cáncer de mama previo, así como en los de aquellas que no pueden someterse a una resonancia”, explica Camps, en referencia a mujeres con problemas de corazón, claustrofobia o con sobrepeso.
La
mamografía con contraste de estos dos hospitales del grupo sanitario Ribera tiene
una sensibilidad hasta un 30 por cienti mayor que la mamografía convencional, y es capaz de
detectar tumores de apenas 4 milímetros, e incluso esa formación de vasos del inicio que, normalmente, “no darían la cara hasta al cabo de dos años”.
Detección precoz y mayores garantías
En los casos de las pacientes con un cáncer de mama previo, a veces es difícil detectar
tumores pequeños con una mamografía convencional, según explica la jefa corporativa del Área de la Mama, “por los cambios inducidos en la mama tras el tratamiento anterior”.
Además, añade que “la morfología o forma de las lesiones puede pasar desapercibida si el tejido de alrededor es muy denso o heterogéneo y, por este motivo, se aprovecha la capacidad que tienen técnicas funcionales como la mamografía con contraste o la resonancia magnética para
poner en relevancia la angiogénesis tumoral o función que permite detectar los cánceres independientemente de su morfología”. Con esta tecnología, asegura, “estamos en disposición de dar a las pacientes las
máximas garantías de que no ha aparecido una nueva lesión, por pequeña que sea, cuando vienen a realizarse las mamografías de control”.
Camps recuerda la “importancia vital” de estos mamógrafos con contraste para las pacientes que, por diferentes circunstancias, no pueden hacerse una resonancia. “Pacientes que tienen
claustrofobia, que no pueden ponerse boca abajo o que tienen problemas cardíacos o respiratorios, pueden tener acceso a su mapa tumoral exacto gracias a esta tecnología, y todo con la
misma fiabilidad que una resonancia”, asegura.
De la misma opinión es el coordinador quirúrgico del Área de la Mama,
Lorenzo Rabadán. “Las nuevas tecnologías, como la resonancia con el software de difusión y la mamografía con contraste nos ofrecen una imagen del cáncer de mama que hasta ahora no teníamos. Casi se puede decir que operábamos de oídas, porque no veíamos toda la realidad del tumor, y ahora
esta tecnología nos acerca más a la realidad de su tumor, con sus apéndices y nódulos que antes no veíamos”, asegura.
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