La sanidad pública cántabra se ahorra al año 1,69 millones de euros con la medida de la deducción fiscal sanitaria en el IRPF autonómico a las personas que tengan contratado un seguro de salud. Ésta es la principal conclusión del “Estudio económico de la deducción regional en el IRPF por primas de seguros de salud para cubrir gastos de asistencia sanitaria en Cantabria”, dirigido por David Cantarero, profesor del departamento de Economía Aplicada y director del Grupo de I+D en Economía de la Salud de la Universidad de Cantabria.
El informe ha sido encargado por Igualatorio Cantabria para evaluar el impacto de la reforma fiscal, aprobada en 2013, en la que se introdujo la deducción del 5por ciento en el IRPF por primas de seguros de salud, hasta un máximo de 200 euros por póliza, similar a la de Aragón y Baleares.
Según ha explicado el director general del Grupo Igualatorio, Pablo Corral, ‘la desgravación fiscal sanitaria no debe ser considerada como una subvención a la sanidad privada, tampoco hay evidencia real de que beneficie a las rentas más altas, sino que, además del ahorro que supone, es una oportunidad de incentivar el uso de la sanidad privada con la consiguiente rebaja de la presión asistencial en el sistema sanitario público y como consecuencia un alivio de las listas de espera’.
Según se recoge en este informe, Cantabria contaba con 25.310 asegurados en 2014 con doble cobertura sanitaria, es decir, con pólizas de salud individuales contratadas. De acuerdo con estos datos, el estudio afirma que el saldo económico es positivo para las arcas autonómicas, pues pese a cierta pérdida inicial de ingresos por IRPF del Gobierno de Cantabria, el ahorro que se obtiene es mayor por la sustitución de consumo de recursos (que antes se hacía en la sanidad pública) y ahora pasan a consumirse en la sanidad privada por los individuos con doble cobertura.
Ahorros importantes
Pero el informe va más allá y trabaja con ciertas hipótesis. Si se produjera un aumento de los individuos doblemente asegurados, una de las consecuencias sería una ampliación del ahorro para el sistema público. Si aumentase un 5 por ciento el número de asegurados, podría ahorrar entre 507.387 y 1.691.290 euros, suponiendo que realizaran un gasto en la sanidad privada del 30 por ciento o 100 por cien, respectivamente. En un contexto más optimista, con un 15 por ciento más de pólizas privadas, el ahorro alcanzaría entre 1.903.660 y 6.345.533 euros. En cualquier caso, en ninguno de los escenarios considerados el resultado final sería un saldo negativo para las arcas de la hacienda cántabra.
Según el director general de Igualatorio Cantabria, el envejecimiento de la población, las expectativas de bienestar, y el elevado coste de los avances tecnológicos, entre otros, amenaza la posibilidad de que nuestro sistema sanitario mantenga la misma buena salud que hasta ahora, por lo que necesariamente la sanidad publica y la privada deben ir de la mano. ‘Al igual que en otros sectores, la colaboración público-privada es imprescindible. Olvidémonos de sanidad pública o privada, lo que a todos nos interesa es que nuestra sanidad, la de todos, siga siendo sostenible’.
Sin intención de ser alarmistas, recalca Pablo Corral, ‘numerosos estudios recomiendan acometer, con cierta inmediatez, reformas profundas para evitar que nuestro sistema público de salud se colapse. Más tarde o temprano todos, servicios públicos y privados, tendremos que entendernos’.
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