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Los dedos y las uñas se revelan como vía de contagio del virus del papiloma

El Hospital Ruber Juan Bravo aporta las claves sobre una infección esencial para desarrollar cáncer de cuello de útero

Natalia Gennaro Della Rossa, especialista en Ginecología y Obstetricia del Hospital Ruber Juan Bravo.

12 feb 2020. 12.00H
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El cáncer de cuello de útero es el 2º cáncer más frecuente en mujeres de todo el mundo, aunque con grandes diferencias entre países desarrollados y no desarrollados. Su causa es la infección activa y persistente a través de los años de uno o varios tipos oncogénicos del virus del Papiloma Humano (HPV por sus siglas en inglés).

El déficit en el acceso al control ginecológico dificulta e incluso impiden la detección de lesiones incipientes en los países menos desarrollados. No así en países desarrollados donde las estrategias de revisión periódica permiten diagnosticar y tratar lesiones muy precoces, en estadíos pre-neoplásicos (lejanas al cáncer invasor). Así la incidencia en España del cáncer de cérvix se puede considerar muy baja: desde los años 60, se redujo en un 80 por ciento y la tendencia es continuar disminuyendo.

La mayoría de los cánceres se diagnostican entre los 30 y 50 años, solo el 10 por ciento de los diagnósticos se hacen en mujeres mayores de 65 años. La infección por el virus del papiloma humano se considera esencial para desarrollar la enfermedad. La mayoría de las mujeres y hombres sexualmente activos contraerán la infección en algún momento de su vida -generalmente cercano al inicio de la vida sexual- y algunas personas pueden llegar a tener infecciones recurrentes.

Vías de contagio


La principal vía de contagio es la vía sexual, si bien no es necesario que haya una relación sexual con penetración para que se produzca la transmisión, ya que se ha descripto que el contacto directo piel con piel de la zona genital es suficiente; “otra vía descubierta recientemente de transmisión del virus del HPV sería la genodigital, de forma que las uñas y las yemas de los dedos de la mano constituyen un reservorio del virus que provocaría contagio por esta vía”, destaca Natalia Gennaro Della Rossa, especialista en Ginecología y Obstetricia de Ruber Juan Bravo 49, dentro del Servicio dirigido por Arancha Moreno.

“La mayoría de las infecciones por VPH desaparecerán espontáneamente, por lo que -aclara Gennaro-, al principio generalmente sólo observamos y pasado un tiempo (usualmente de 2 años), si el virus persiste activo, recomendamos un tratamiento de erradicación por vaporización láser. Mientras que, si provoca una lesión mayor a nivel de las células cervicales, generalmente realizamos una pequeña cirugía ambulatoria donde se extrae la lesión”.

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