Los gestores de la
sanidad privada arquearon una ceja cuando
Yolanda Díaz, ministra de Trabajo, comunicó su intención de implantar las
37,5 horas semanales en el conjunto del tejido empresarial de cara al 2025.
“No es viable”, sostiene, tajante, el presidente de la Alianza de la Sanidad Privada Española (ASPE),
Carlos Rus, quien apunta a la escasez de profesionales como principal escollo para retocar el modelo de jornada en el sector.
Los planes del Ministerio de Trabajo pasan por
instaurar las 37 horas y media en la empresa privada de forma progresiva. Este mismo 2024 se plantea un tope de
38,5 horas, aunque los agentes sociales vienen advirtiendo de que esta medida
no tendrá “prácticamente efecto” para los trabajadores.
Se prevé que la mayor fricción entre Gobierno, sindicatos y patronal se produzca durante la negociación, de cara al próximo ejercicio, de la implantación de esas 37,5 horas, las mismas que imperan en las administraciones públicas. "Vamos a reducir la jornada laboral, que lleva congelada 40 años en nuestro país,
pero sin reducción salarial, porque esto es lo que va a hacer que sigamos subiendo los sueldos", subrayó recientemente la líder de Sumar.
El quid de la cuestión radica en cómo reordenar y
adecuar los puestos de trabajo para que ese cambio de modelo no repercuta sobre la asistencia que prestan las entidades privadas de salud. A juicio de Carlos Rus, se trata de una quimera, al menos en las circunstancias actuales: “No es viable, habría que cubrir puestos para los que
no tenemos personal”, desliza el presidente de ASPE, que considera que será “muy difícil” reformar el sector para ajustar con garantías una reducción de la jornada semanal.
Falta de profesionales en la sanidad privada
Rus sentencia que las 37,5 horas en la sanidad privada son inviables, en esencia, por la
“escasez” de profesionales. Los datos avalan su postura: en los próximos 15 años, cuatro de cada diez especialistas de hospitales de gestión indirecta se jubilarán. El 95 por ciento de estos centros tiene una necesidad ‘media-alta’ de contratación de enfermeras, y otro
58 por ciento precisa de médicos. "Existe un
problema estructural de escasez de profesionales en el conjunto del Sistema Nacional de Salud (SNS), está fuera de toda duda", concluye el presidente de ASPE.
En este escenario, la sanidad privada española pone sobre la mesa tres medidas de base para paliar la escasez de profesionales. En primer lugar, Rus llama a “
terminar de facilitar la compatibilidad de los trabajadores”, de forma que puedan ejercer sin penalizaciones en el ámbito público y en el privado. De forma paralela, aboga por realizar una
revisión del mapa de competencias para aumentar la capacidad de maniobra de las plantillas.
Finalmente, Rus demanda al Gobierno no solo agilizar el proceso de
homologación de títulos sanitarios, sino también ampliar la regulación a países que actualmente no están contemplados por España.
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