Trabajar para vivir. No vivir para trabajar. Priorizar
la salud mental antes que el éxito laboral. En eso consiste la
quiet ambition, la tendencia de la Generación Z que prima el bienestar y la conciliación de los empleados frente a las condiciones laborales. Y
esta corriente ha llegado a la sanidad privada a la hora de captar nuevos profesionales.
El fenómeno ya es común en todos los sectores. “Nosotros lo entendemos desde el punto de vista en el que
los profesionales buscan encontrar un equilibrio saludable entre la vida laboral y personal”, explica Salvador Sanchís, director de Gestión de Personas del grupo sanitario Ribera.
El pensamiento es similar entre los directivos de las distintas empresas del ramo. “Un profesional sanitario tiene
una vocación de servicio muy diferente a la media del resto de trabajadores de otros sectores”, reitera Alfredo Guitart, director corporativo de Personas & Talento de HM Hospitales. Por eso, también incide en que “desde que estudian saben que
su vida estará dedicada para y por los pacientes que les necesitan”.
Sin embargo, los directivos de las distintas firmas coinciden en que la
quiet ambition, a pesar del gran poder de la vocación profesional de los empleados, no ha pasado inadvertida en el sector. Según
Elena Juárez, Chief People Officer (COP) de Sanitas, esta tendencia “puede estar influenciada por el
alto nivel de estrés y las largas jornadas que enfrentan algunos trabajadores habitualmente”.
Nuevas técnicas para atraer a profesionales
Con este fenómeno ha surgido también un
cambio a la hora de buscar nuevo talento. "Las estrategias para atraer profesionales al sector sanitario han evolucionado significativamente debido a factores como los cambios en las expectativas laborales, las posibilidades de conciliación...", explica Sanchís, desde el grupo sanitario Ribera.
Por eso, insiste en que la vocación y el bienestar "no son imcompatibles". "Las personas buscan empleos que les permitan disfrutar de una mayor flexibilidad y autonomía, con el fin de poder dedicar tiempo a sus familias,
hobbies...", comenta.
El resto de directivos se unen a sus declaraciones. De hecho, Guitart, que recalca que es una tendencia más propia de los más jóvenes y, aunque subraya que
la "vocación va en el ADN" de los profesionales, también incide en que la salud mental de los trabajadores es "esencial".
La
quiet ambition se ha convertido en un elemento más en el mundo laboral. Y los sanitarios, aún con su aptitud hacia su trabajo por bandera, no han sido menos. Conscientes de la importancia de esta tendencia,
las firmas del sector han implantado iniciativas para promover el bienestar físico y emocional entre sus empleados como la introducción de horarios más flexibles y la oferta de opciones de descanso y programas de apoyo psicológico. Una de ellas es la plataforma Rumbo, de la anglosajona Sanitas, que se centra en crear un espacio en el que los empleados puedan compartir sus intereses y motivaciones.
Por su parte, el resto de compañías también persiguen este tipo de iniciativas. Ese es el caso de Riberalife,
del grupo Ribera. Este consiste en un programa de bienestar corporativo oriento a incrementar el ambiente laboral de sus empleados.
Con ello, estas empresas
persiguen atraer a una variedad de perfiles distintos. Médicos más jóvenes, los profesionales del futuro, pero proporcionándoles un espacio de confort adaptado a los nuevos tiempos y al pensamiento de las nuevas generaciones.
¿Sucede lo mismo en la sanidad pública?
El sistema sanitario público aún no persigue las mismas ambiciones que el privado. Mientras que este último está
a la 'caza' de talento joven e innovador, el primero sigue centrado en un método basado en OPEs. Esto dificulta que los nuevos empleados accedan con tanta facilidad a un puesto y que, además, las condiciones laborales a las que se enfrenten no tengan la misma
flexibilidad que comienza a ofrecer la privada.
Los orígenes de la quiet ambition
Los medios internacionales comenzaron a hablar de este fenómeno que surgió a nivel mundial tras el Covid-19. Los jóvenes de la Generación Z (1994-2009) son sus principales promotores. Ellos han sido los primeros que han hablado de
la importancia de la salud mental y la han puesto por bandera. Por eso esta tendencia que prima el bienestar frente al éxito laboral les pertenece.
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