Redacción. Madrid
Un estudio realizado por especialistas de las unidades de Oncología Radioterápica y Radiofísica de la Clínica La Luz ha mostrado que los nuevos aceleradores de última generación, también llamados de ‘cuarta dimensión’ (4D) por incorporar el control del movimiento respiratorio del paciente, reducen la toxicidad a medio plazo sobre el corazón y el pulmón.
De izquierda a derecha, Elisa Lavado, de la Unidad de Radiofísica; Felipe Calvo, consultor jefe de Oncología Radioterápica; Joaquín Martínez, director gerente de La Luz, y Rosa Meiriño, de la Unidad de Oncología Radioterápica.
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Según ha explicado el centro en un comunicado, los resultados preliminares del estudio, realizado sobre un total de 60 pacientes tratadas en La Luz con el acelerador de última generación True Beam, revelan que la dosis de radiación que reciben el corazón y el pulmón al tratarse con este aparato es al menos un 5 por ciento menor que con los aceleradores convencionales. Elisa Lavado, especialista de la Unidad de Radiofísica, resalta que la clave está en el llamado ‘gating’, el sistema que acopla la emisión del haz de radiación al movimiento respiratorio de la paciente durante la sesión, y evitando al máximo por tanto la irradiación de los tejidos y órganos adyacentes al tumor.
“Si sumamos al ‘gating’ la mayor precisión del haz de radiación (inferior al milímetro) y el hecho de que el aparato monitoriza la marcha de cada tratamiento una vez cada diez milisegundos gracias a sus 100.000 puntos de muestreo que le proporcionan datos de forma constante, el resultado es un nivel de precisión sin precedentes que se traduce en menores efectos secundarios para el paciente”, agrega.
Por su parte, el doctor Miguel Ángel Infante, integrado también en el equipo de Radiofísica de La Luz, destaca que “estos datos son relevantes porque indican cuál es el camino a seguir en el futuro para minimizar los efectos secundarios de la radioterapia, que a veces son inevitables y pueden causar problemas al paciente en años venideros”. De hecho el estudio será presentado este mes de abril en Barcelona en el marco del III Fórum de la Sociedad Europea de Oncología Radioterápica (ESTRO en sus siglas en inglés).
Radiación exacto-precisa
El ‘gating’ es una de las ventajas del acelerador True Beam, una plataforma tecnológica que se puede utilizar en todas las variantes de radioterapia externa como la radioterapia guiada por imagen (IGRT), la radiocirugía (IGRS), la radioterapia de intensidad modulada (IMRT) o la radioterapia estereotáxica (SBRT). “El True Beam representa una evolución de la radioterapia convencional y una redefinición de la radioterapia de alta precisión, ya que está diseñado para administrar dosis más altas en volúmenes más pequeños, con un control absoluto del depósito de la dosis en los tejidos y órganos, es lo que llamamos radiación exacto-precisa”, ha explicado por su parte Felipe Calvo, consultor jefe de la Unidad de Oncología Radioterápica de la Clínica La Luz.
Al mismo tiempo, con este sistema los tratamientos se acortan en un 50 por ciento respecto a los tiempos que emplea la tecnología convencional, y se reduce también el número pasos necesarios para colocar al paciente, obtener las imágenes y llevar a cabo el tratamiento. En consecuencia un tratamiento de radioterapia con intensidad modulada de dosis que dura diez minutos en un acelerador convencional puede realizarse con True Beam en tan sólo dos minutos. Asimismo, una radiocirugía compleja que hoy puede suponer una intervención de 40 minutos a una hora de duración se puede completar en un plazo de tan sólo 5 a 20 minutos con el nuevo acelerador.
Por último, el doctor Joaquín Martínez, director gerente de la Clínica La Luz, señala que este tipo de tecnología marca el camino de la oncología del futuro, que se basa en “diagnósticos y tratamientos cada vez más precisos e individualizados que reducen al máximo los efectos secundarios y permiten un mayor control de la enfermedad en todo momento”.